La osteoporosis es una enfermedad asociada a la edad y a la mujer, aunque cada vez hay más hombres que también la padecen. Esta enfermedad se combate sobre todo con tratamiento farmacológico en el momento en que se detecta. Sin embargo, la prevención en la juventud es una estrategia a tener en cuenta para llegar a la madurez con huesos bien mineralizados y de calidad.
Un grupo de investigación de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU analiza el estado óseo de jóvenes universitarios para identificar los factores que ayuden a prevenirla y ralentizarla.
El estudio llevado a cabo por el grupo de investigación ha analizado la salud ósea de 156 estudiantes de 18 y 21 años.
La investigadora de la UPV/EHU Idoia Zarrazquin explica que “la mayoría de los estudios realizados hasta el momento están centrados en la edad adulta y en el inicio de la decadencia ósea, traducida en osteoporosis, sobretodo entre las mujeres a partir de los 50 años. Nosotras consideramos que es importante hacer estos estudios previos para conocer qué influye positivamente en la calidad del hueso, porque el margen de mejora es más amplio ya que por delante hay más de una década para incrementar la mineralización lo antes posible”.
Ejercicio y nutrición equilibrados
En este estudio se ha analizado la actividad y condición física, la composición corporal y la nutrición de los jóvenes ( 61 hombres y 95 mujeres) desde septiembre de 2016 hasta mayo de 2017. Registraron sus características antropométricas, el consumo dietético, la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la actividad física que realizan. Además, midieron su estado óseo mediante ultrasonidos, una técnica no invasiva y sencilla de utilizar.
El conjunto de jóvenes estudiantes que ha participado presentan una buena calidad ósea. Son estudiantes que en su mayoría realizan deporte. Respecto al calcio, los hombres consumieron una media de 1.080 mg/día, es decir, por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (1 mg/día), mientras que las mujeres no llegaron, 814 mg/día. En cuanto a la vitamina D, ni los jóvenes, 3’88 mg/día, ni las jóvenes, 3’10 mg/día, alcanzaron lo recomendado por la OMS, 5 mg/día.
Aunque los jóvenes analizados presentan una buena calidad ósea, ésta puede ser mejorable para ralentizar la disminución ósea que se dará con la edad. Gotzone Hervás, concreta que el conocer los factores que ayudan a la formación ósea puede servir para prevenir estas enfermedades: “sabemos que la actividad física mejora el músculo y fortalece el hueso. Existe una interconexión entre ellos, y si la actividad es intensa, ambos mejoran, resistirán mejor el paso de los años y afrontarán mejor la decadencia ósea”.
La investigadora de la UPV/EHU, Fátima Ruiz-Litago, explica que “la tensión y fuerza muscular mejora la mineralización del hueso, pero eso no significa que cuanto más mejor, porque está demostrado que deportistas de élite también sufren osteoporosis. Es decir, la actividad física tiene que ser moderadamente intensa, sin sobrepasarse; sobretodo, entre las mujeres. Cuando el ejercicio es muy intenso, las necesidades nutricionales también son muy elevadas, y en el caso de las mujeres deportistas, muy difíciles de cubrir por sus propias características físicas y hormonales. Es por ello, que es más habitual de lo pensado que entre deportistas de élite se den casos de osteoporosis”.
Idoia Zarrazquin, concluye que “las futuras recomendaciones para prevenir la osteoporosis también pasarán por favorecer la fuerza muscular”.