Si algo caracteriza al 2017 han sido las condiciones, en muchos casos excesivas, que se han dado en diferentes épocas del año. Sequías, incendios, temperaturas por encima de lo normal años atrás... Un estudio llevado a cabo por el Instituto Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA en inglés) y la NASA dejaría claro que los últimos tres años han sido los más cálidos desde que se anotan las temperaturas, en 1880.
Coinciden en que este aumento no es algo puntual, provocado por unas condiciones meteorológicas determinadas, sino que se ha convertido en una tendencia.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) refleja que, desde 2010, se han dado los años más calurosos de toda la historia. El secretario general de la organización, Petteri Taalas, afirma “que la tendencia de la temperatura a largo plazo es mucho más importante que la temperatura de cada año y esa tendencia. Además, desde la OMM se afirma que este aumento progresivo de la temperatura es “una clara señal de la continuidad del cambio climático a largo plazo, causado por el aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero”.
Los científicos apuntan que, desde la Revolución Industrial del siglo XIX, la temperatura mundial ha variado en torno a un 1,1º. El objetivo de los mismos es que, como apuntan todas las previsiones, en 2100 no se superen los dos grados, en comparación con dicha época.
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— NASA (@NASA) 18 de enero de 2018
Earth’s global surface temperatures in 2017 ranked as the second warmest since 1880, according to an analysis by scientists at @NASAGISS: https://t.co/glKjX0RBPy pic.twitter.com/SoaLEwppp7
— NASA (@NASA) 18 de enero de 2018
13,9º.
Esa es la temperatura media que marcaría todo el siglo XX. Sin embargo, en el último trienio casi ha alcanzado un grado de diferencia ( en 2015 estaba 0,90º por encima; en 2016, 0,94º; y en 2017 un 0,84º). No es que en todas las regiones del planeta la temperatura haya subido, sino que, en general, la temperatura global sí que lo ha hecho. Es significativo, además, que durante el último año no se registraran temperaturas mínimas récord. Un directivo de la NASA, Gavin Schmidt, decía “que a pesar de que en algunas zonas ha habido temperaturas medias más frías, las temperaturas globales en el planeta continúan mostrando la tendencia de rápido calentamiento que hemos visto en los últimos 40 años”.
Una de las consecuencias inmediatas del efecto invernadero, aparte del aumento de las temperaturas, es la desaparición de hielo en los polos. El Ártico tiene, por segunda vez, menos hielo desde 1979, debido a que el calor en esta zona ha sido “intenso”, entendiendo las temperaturas que suelen predominar en el lugar.