El profesor de matemáticas y física Ben Tippett, de la Universidad British Columbia (UBC) en Vancouver (Canadá), ha conseguido elaborar con éxito un modelo matemático que demuestra que viajar en el tiempo es posible.
Desde que, en 1885, H.G. Wells publicara su novela ‘La máquina del tiempo’, son numerosos los científicos que han tratado de demostrar tanto la posibilidad como la imposibilidad de viajar a través del tiempo.
Fue Albert Einstein quien, en 1915, anunció su Teoría General de la Relatividad, en la que establecía que los campos gravitatorios se deben a distorsiones en el tejido espaciotemporal del universo.
Más de un siglo después, en febrero de 2016, la primera detección de ondas gravitacionales generadas durante la fusión de dos agujeros negros a miles de millones de años luz de distancia confirmaría experimentalmente las ideas de Einstein.
Sobre esta base, Tippett, que está especializado en la Teoría General de la Relatividad de Einstein y estudia los agujeros negros y la ciencia ficción, ha creado una fórmula matemática para viajar en el tiempo.
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Su modelo, llamado TARDIS (Traversable Acausal Retrograde Domain in Space-time o Dominio Retrógrado Acausal en el Espaciotiempo ), hace un innegable guiño a la nave espaciotemporal homónima que aparece en la serie británica de ciencia ficción ‘Doctor Who’.
Según el investigador, la división de la realidad “en tres dimensiones espaciales y una temporal no es correcta”. Por el contrario, “las cuatro dimensiones deben imaginarse al mismo tiempo y permanentemente conectadas en un espaciotiempo continuo”.
“Hay pruebas que demuestran que cuanto más cerca de un agujero negro estemos, más lentamente transcurrirá el tiempo. Mi modelo de una máquina del tiempo usa ese espaciotiempo curvado, doblando el tiempo en un círculo en el que se moverán los pasajeros, en vez de hacerlo en línea recta. Y ese círculo es capaz de llevarnos hacia atrás en el tiempo”, señala Tippett, que afirma que su máquina sería “una especie de burbuja que transporta a los viajeros en la geometría del espaciotiempo”. Esta burbuja se podría mover a velocidades que a veces superarían la de la luz, por lo que “los pasajeros podrían ganar tiempo para moverse hacia el pasado”.
Sin embargo, a pesar de que es posible describir matemáticamente este tipo de viaje temporal, de momento es imposible construir una máquina que funcione en la realidad.
Y es que para su fabricación se necesitaría disponer de materia exótica (cuyo comportamiento difiere de la materia normal por tener propiedades “extrañas”) capaz de doblar el espaciotiempo en esas formas imposibles.
El trabajo de Tippett se encuentra publicado en la revista ‘Classical and Quantum Gravity’.