Investigadores de la Universidad de Manchester han desarrollado una técnica para crear una malla de grafeno cuyos poros pueden controlarse con precisión hasta la escala atómica. Sus agujeros son tan pequeños que las moléculas de agua pueden pasar, pero no las de la sal. Esto permitiría convertir el agua de mar en agua potable.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista Nature Nanotechnology, demuestran el potencial del grafeno para la desalinización. Y es que este descubrimiento podría resolver uno de los grandes problemas de nuestro tiempo: la escasez de agua potable, que afecta hoy a millones de personas en todo el mundo y que, según la ONU, en el año 2025 representarán un 14% de la población del planeta.
El sistema, basado en el óxido de grafeno, es más eficiente que los filtros actuales, y mucho más económico, por lo que podría ser de gran ayuda para resolver esta dramática situación.
Los científicos esperan probar la capacidad de desalación con grafeno en los próximos meses.