El descubrimiento de siete exoplanetas en el sistema Trappist-1 que podrían reunir condiciones similares a las de la Tierra es la noticia del siglo. Y es que el destino de la humanidad pasa por hallar otros planetas habitables que colonizar en el futuro. Así que alguno o varios de esos mundos podrían convertirse en el nuevo hogar de nuestra especie.
Trappist-1 es una estrella situada en la constelación de Acuario, a 12 parsecs de la Tierra (unos 39 años luz). Se trata de una enana roja ultra-fría del tamaño del planeta Júpiter. Alrededor de ella orbitan siete planetas, seis de los cuales podría tener, según los datos preliminares, una temperatura en superficie de entre 0 y 100 grados Celsius, lo que permitiría la presencia de agua en estado líquido.
Los planetas del sistema Trappist-1 están muy cerca de su sol en comparación con la Tierra. No obstante, la estrella emite muy poca luz, calor y radiación, lo que ha dado lugar a un sistema estelar estable. Por lo que se sabe por los modelos climáticos, al menos tres de los siete planetas (Trappist-1E, Trappist-1F y Trappist-1G) reúnen las condiciones para albergar agua en estado líquido y quizás incluso océanos en el caso de que posean atmósfera.
Además, sus planetas están tan próximos entre ellos que se tardaría sólo unos días en viajar de uno a otro con los medios actuales.
Por todo ello, el descubrimiento del sistema planetario alrededor de Trappist-1 es histórico, no solo desde el punto de vista de la búsqueda de exoplanetas, sino que además podría marcar el comienzo de una verdadera carrera espacial interestelar si finalmente se confirma que son planetas habitables para el ser humano.
Llegados a ese punto, el siguiente paso será enviar una sonda no tripulada hasta allí. Nosotros no lo veremos. Y probablemente, tampoco nuestros hijos. Pero quizá nuestros nietos puedan llegar a contemplar las primeras imágenes del que algún día podría ser el nuevo hogar de la humanidad.
Fuente: NASA (https://exoplanets.nasa.gov/trappist1/)