“Yo soy Betty, la fea” fue una telenovela muy exitosa que conquistó a toda Latinoamérica a finales de la década de los 90. Esta telenovela fue protagonizada por Ana María Orozco y Jorge Enrique Abello, con las participaciones de Natalia Ramírez, Lorna Paz, Luis Mesa y Julián Arango. Lo que se ocultaba era que Ana María Orozco (Betty) y Julián Arango ( el estilista Hugo Lombardi ) fueron esposos en la vida real.
Una historia de amor fallida
La historia de amor entre Ana María Orozco y Julián Arango comenzó antes de compartir set de grabación en “Yo soy Betty, la fea”. Ellos se casaron dos años antes, sin embargo su relación sólo duró 6 meses. Luego, Ana María se terminó enamorando de un fotógrafo, con quien tuvo química desde la primera vez que se vieron y se divorció de su esposo durante las grabaciones de la telenovela “Yo soy Betty, la fea”.
Este fue el motivo por el que Julián Arango no podía ver ni en pintura a Ana María Orozco , sin embargo como eran profesionales continuaron con las grabaciones. Sin embargo, los insultos que Julián le propinaba al Betty eran cada vez más hirientes, debido al rencor que él le guardaba. Incluso, el director de la telenovela tenía que parar las escenas porque la protagonista no podía aguantar las lágrimas.
Una situación muy complicada en las grabaciones
Lo más difícil para Julián Arango era grabar escenas con ella. Se habían conocido dos años atrás en la telenovela Perro amor y en Yo soy Betty la fea, la primera telenovela en donde Ana María Orozco era protagonista, se divorciaron. El matrimonio duró diez meses en los que Julián al menos creyó que era feliz.
El famoso en este caso era Julián mientras que Ana María recién empezaba su carrera. El éxito nunca se le subió a la cabeza a él y ella, hija de actores, sólo quería que la fama no le arrancara lo que más quería en el mundo: su privacidad. Se casaron sin apenas trascendencia con Jorge Enrique Abelló (el protagonista de Betty) como padrino de los novios
Para el papel de Hugo Lombardi, Julián Arango se rapó la cabeza que ya mostraba una calvicie incipiente con apenas 30 años. Las advertencias sobre un probable fracaso al hacer una telenovela con tan bajo presupuesto no hicieron mella en el actor. Le decían que no iba a tener tiempo de preparar el personaje, que tenía que investigar a fondo lo que era ser un diseñador para meterse en su carne. Julian, humorista y escritor, tenía el don de la observación y aprendió rápido. Ana María tenía miedo de hacer el ridículo así que empezaron a grabar.
Una ruptura que muy pocos vieron venir
Lamentablemente, durante los 30 primeros episodios de "Yo soy Betty la fea", el matrimonio terminó por romperse. Habían noches en las que ni Julián ni Ana María se veían por la exigencia y dedicación que pedían sus personajes. Él, que había aceptado ser Hugo Lombardi no sólo por el reto de interpretar a un homosexual sino por estar cerca de su esposa, empezó a darse cuenta que trabajar con su mujer no iba a llevar su matrimonio a buen puerto.
Los propios actores, en entrevista con el programa La historia detrás del Mito, adujeron que a Ana María se le apagó el amor. Empezó a eludir a Julián y a estar más cerca del fotógrafo Pedro Franco. Lo había conocido en una sesión de fotos y la química fue instantánea. La aventura era un secreto a voces en la sala de grabación. Y de repente, el divorcio.
Julián suplicaba a la producción aplazar las escenas que tenían que grabar juntos. Una vez ocurría eso empezaban los insultos de Hugo Lombardi a Beatriz Pinzón Solano: Moscorrofio, fea, horrenda; escenas muy duras que vivieron los espectadores en muchos capítulos. La rabia se le notaba a Julián y por eso más de una vez debían parar porque Ana María rompía en llanto. Julián pensó en renunciar.
Conforme el tiempo pasó, no fue hasta la secuela de la novela en forma de serie (Ecomoda) cuando por fin pudieron mantener una relación cordial. Julián empezó a salir con otras mujeres y Ana María consolidó una relación de tres años con el fotógrafo. Ana María huyó de la fama y emigró a Argentina. Desde entonces, ha sido muy selectiva con sus papeles y en su vida personal se ha vuelto a casar dos veces. Actualmente la podemos ver en Perdida (Netflix).
Por su parte, Julian Arango siguió su carrera con personajes de telenovela en su Colombia natal pero ha sido sobre todo sus monólogos lo que lo mantienen en el candelero vigente. Ambos ya superaron los fantasmas del pasado como confesaron con la gira teatral por toda Centroamérica con el capítulo "perdido" de Betty, la fea; un reencuentro del elenco original reviviendo sus personajes.