Vivimos en la era digital y de ello tampoco se escapan los videojuegos. Algunos pensaban que esto no llegaría pero la venta de juegos mediante códigos o descargas digitales son ya muy numerosas. Normal, es más cómodo y en general más barato.
Los poseedores de una Xbox One seguramente ya saben los beneficios de servicios como EA Acces, con un gran catálogo de juegos a su disposición por una suscripción que no supera los 25€ anuales, o que la misma Microsoft regala, si eres usuario de Xbox Live Gold, cuatro juegos al mes, dos de Xbox 360 retrocompatibles y dos de Xbox One.
Ahora llega Xbox Game Pass. Por 10 dólares al mes, falta saber si habrá precio especial si elegimos pagar todo un año, tendrás a tu disposición de inicio un catálogo de cien juegos. Juegos que con el tiempo irán siendo más pero también distintos, es decir, cada cierto tiempo se retirarán algunos juegos y entrarán otros.
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Sony también dispone de esto, con un catálogo más extenso aunque casi todo de PS3. Pero la diferencia con el servicio de los japoneses radica en que Microsoft ha optado por que el juego sea descargado a nuestra Xbox y no jugarlo en streaming. Lo primero hace que tardemos más en jugar mientras se descargar por completo pero el streaming ralentiza el juego y por tanto la experiencia.
Sea como fuere, nace otra posibilidad más de acceder a un amplio catálogo, ya no hay excusas para no tener una larga colección de videojuegos, aunque muchos sean de la anterior Xbox 360, pero será más fácil suplir la falta de franquicias nuevas que está sufriendo esta actual generación.