Logan Gagnier, un niño de nueve años residente en Utah, Estados Unidos, ha perdido la vida de manera repentina mientras dormía. Su familia está destrozada y no entiende qué pudo suceder, puesto que, según sus padres, el pequeño no tenía ninguna enfermedad o afección y estaba completamente sano. La tragedia se desató el viernes por la noche, cuando el pequeño se fue a dormir. Al día siguiente, cuando su madre, al echarlo de menos, fue a levantarlo de la cama, descubrió que Logan estaba muerto. “Mamá dijo: ‘¿Dónde está Logan?’ Fueron a despertarlo y, desafortunadamente, había fallecido por la noche”, ha explicado JD Sheppard, tío del menor, en unas declaraciones concedidas a la revista People y recogidas por la web de ‘Informativos Telecinco’.
Los familiares del niño intentan recuperarse de lo ocurrido el fin de semana sin saber aún la causa del deceso. “No tenía ninguna enfermedad o trauma conocido. No tuvimos ninguna advertencia”, afirma su tío en el citado medio norteamericano. En una publicación compartida en sus redes sociales, la madre de Logan ha reconocido que, el sábado por la mañana, su mundo se hizo pedazos “en un instante”. La familia Gagnier ignora qué pudo haberle pasado al pequeño, ya que los médicos, mediante la pertinente autopsia, han sido incapaces de averiguar el motivo de la súbita y prematura muerte del menor de nueve años. “Estaba sano y eso es lo confuso y lo frustrante”, lamenta su progenitora.
El ya mencionado tío del fallecido, JD Sheppard, ha creado un fondo en la plataforma solidaria GoFundMe para que, quien quiera, pueda colaborar con la familia de su sobrino. Por su parte, el colegio de Logan Gagnier, el Mountain Trails Elementary, le ha dedicado unas emotivas palabras de recuerdo. “Los colores favoritos de Logan eran los nuestros, naranja y azul”, han escrito desde la escuela en su página de Facebook.
“Nuestra comunidad escolar ha perdido a un miembro importante. Logan Gagnier, un estudiante de cuarto grado en Mountain Trails, que murió mientras dormía durante el fin de semana. Comenzaremos a honrarlo y recordarlo el lunes, 14 de marzo, con un evento en el que ataremos cintas. Los estudiantes y sus familias que deseen ayudar pueden reunirse a las 1:00 p.m. frente a la escuela. Logan amaba los deportes, la competición, la familia y los amigos”, reza el texto colgado en la red.
This is Logan. #RememberLogan pic.twitter.com/tbDPBMDzbg
— ??Garth Gagnier?? (@Grrr22) March 16, 2022
La muerte súbita en niños y jóvenes constituye un complejo problema multifactorial, con implicaciones médico-legales y socio-familiares. En su investigación, la patología forense tiene una función importante, ya que, al tratarse de fallecimientos inesperados, es necesaria una autopsia médico-legal para determinar la causa y el mecanismo del deceso. La mayor parte de estas muertes “tienen un origen cardiovascular y muchas de ellas tienen un componente hereditario”, según los expertos.
Un estudio realizado en las provincias españolas de Sevilla y Vizcaya en los últimos años, concluye que la autopsia puede ser la única posibilidad de que se efectúe un diagnóstico correcto de la enfermedad y que la familia reciba una orientación médica adecuada que permita la identificación de familiares asintomáticos y la prevención de futuras muertes. En los niños y jóvenes, la muerte súbita es debida “a una amplia variedad de causas, sin que ninguna alcance un claro predominio estadístico”, aunque tras los episodios cardiovasculares destacan las enfermedades infecto-contagiosas.
La incidencia es muy baja en la población general. De acuerdo a los principales estudios, oscila entre uno y seis casos por cada 100 habitantes al año. Las tasas de mortalidad varían en relación a la edad y el sexo. La muerte súbita en la niñez es un fenómeno sumamente excepcional, especialmente en el rango de edad de cinco a nueve años. A partir de la adolescencia, la incidencia aumenta progresivamente, pero de forma moderada. El riesgo en varones duplica, e incluso triplica, al de las mujeres.