El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dijo hace unos días, en la conmemoración del 196 aniversario de la creación de la Policía Nacional, que, “la violencia de género, la ciberseguridad y la delincuencia globalizada son retos prioritarios”, para este Cuerpo y para las FFSS. Hay que entender que la transnacionalización de los criminales es una referencia clara a las mafias y clanes que actúan allá donde pueden, en una evolución constante de cambio de rutas, métodos, aplicación de herramientas y mayor violencia, en pro de la defensa de un negocio multimillonario, libre de impuestos.
Ante esta realidad, han reforzado los esfuerzos, medios y equipos, para frenar, en lo posible, la constante injerencia territorial de los narcos. Así, guardias civiles han detenido a un sujeto, en el Puerto de Algeciras (Cádiz) con 2.797 kilos de hachís, que portaba ocultos en una furgoneta, procedente de Tánger (Marruecos). Éste le había aplicado un mecanismo sofisticado al vehículo, de tal manera que, con un interruptor situado cerca del conductor, las matrículas trasera y delantera, giran sobre su propio eje y cambian la numeración de las placas. Casi 3 toneladas de hachís, valen mucho puestas en el mercado, pero, este alijo, ya no está a la venta.
Entre bananas
También en el Puerto de Algeciras, esta vez policías nacionales y funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, han dado con 195,5 kilos de cocaína, que viajaban dentro de un contenedor que transportaba un cargamento de bananas, procedente de Guayaquil (Ecuador) y con destino a Emiratos Árabes, sin previsión de descargar la mercancía en España, pero sí con la de utilizar el método del gancho ciego, para sacar las 5 mochilas que contenían la droga. Cuando los agentes llegaron, el contenedor presentaba el precinto roto, lo que hace suponer que algún trabajador portuario les dio el chivatazo, salieron corriendo y dejaron el mondongo, posiblemente después de haber retirado alguna mochila; la operación está abierta en busca de los implicados.
Heroína bajo tierra
Esta tercera investigación, conjunta de Guardia Civil y Policía Nacional, ha sido todo un reto, superado con éxito, por el conjunto de agentes que han participado en las pesquisas, a lo largo de más de un año. El resultado es de 11 arrestados, sospechosos de tráfico de heroína (de diversas nacionalidades), 5 registros en domicilios de Illa, Vigo, Carballo y Madrid, y en una nave industrial en Humanes (Madrid), 20 kilos de heroína, 40 euros, 11 vehículos, una escopeta y un arma simulada, y teléfonos y ordenadores incautados.
Delincuencia globalizada
Sobre este sumario merece la pena extenderse un poco, porque es un ejemplo claro de lo que Grande-Marlaska llama delincuencia globalizada. La operación comenzó en enero de 2019, ante un repunte de heroína en Carballo (A Coruña), que hace que los agentes centren su investigación en Goians (Boiro-A Coruña), y comienzan a vigilar un domicilio donde residía una pareja con antecedentes por tráfico de drogas. Ahí les visitan distintas personas, incluido un albanés, que acababa de salir de prisión (apresado en 2017) y que fue reconocido por los investigadores. Averiguaron que ahora vivía en la Illa de Arousa (Pontevedra), donde se reunía con otro albanés que viajaba con frecuencia a Madrid, a un taller clandestino, en el polígono de Humanes, destinado a transformar la carrocería de los coches, para hacer huecos recubiertos de plomo donde ocultar los alijos. Luego, los rematriculaban con placas de Rumanía, para viajar por países de Europa, principalmente los Países Bajos, donde cargaban la heroína y regresaban, en ocasiones, directamente a Galicia y, en otras, a la nave de Madrid.
Agentes caninos
En enero de este año, los agentes supieron que uno de estos coches volvía de Holanda y le siguieron hasta Vigo (Pontevedra), donde le dieron el alto; dentro del coche hallaron 10,5 kilos de heroína. En el registro de la finca de Carballo (A Coruña) los perros detectores de drogas localizaron el lugar donde, a 1,5 metros de profundidad, habían enterrado una bolsa con más de 9,5 kilos de heroína; además, tenían en la vivienda otros 62 gramos y 93 de cocaína.