La Fiscalía pide cárcel para un youtuber español que se sentará próximamente en el banquillo de los acusados por prostitución y corrupción de menores. La Policía descubrió en diciembre de 2018 que el joven, Mario P. G., de 23 años y residente en Zaragoza, almacenaba 2.690 fotos y vídeos pedófilos. Lo hizo cuando fue a registrar su domicilio por difundir presuntamente en su canal propaganda neonazi.
El encausado administraba supuestamente una página de Internet y una cuenta de YouTube en las que se vertían opiniones racistas, xenófobas, homófobas, se hacía proselitismo del nazismo y se alababa a Hitler. Pero al analizar su ordenador, los agentes se encontraron con algo, si cabe, aún peor: imágenes de niños en actitudes "claramente inapropiadas" y grabaciones de adultos practicando sexo con menores.
No se ha podido demostrar que el youtuber aragonés difundiera pornografía infantil a través de las redes o el móvil. Por ello, el ministerio público solo puede acusarle por posesión de contenido pedófilo "para su propio uso". Solicita siete meses de prisión, 18 de libertad vigilada y que el joven participe en programas de educación sexual.
La Audiencia Nacional lo investiga por un delito de odio
Cuando fue arrestado, Mario residía con sus padres, a quienes el juez decidió investigar también por estos hechos. La Fiscalía pide el sobreseimiento provisional de la causa con respecto al padre. Sin embargo, la madre del encausado lo acompañará en el banquillo y se enfrentará a la misma pena. Su abogado solicita la absolución. Ahora solo falta poner fecha al juicio.
Mientras, el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional mantiene abierta contra este sujeto una causa por un presunto delito de odio. Miquel R. B., de Tarragona, e Ian L. P., de Barcelona, están acusados junto a él como supuestos responsables de la sección en castellano de uno de los portales neonazis con mayor difusión a nivel mundial.