Ya han pillado a otros pakistanís con estas tramas de las células mafiosas que operan en toda Europa, con el mismo engaño reiterado hasta la saciedad. Les ofrecen unas condiciones laborales para venir a España o para desplazarse entre provincias, que luego no cumplen, estos falsos empresarios, tan falsos como la documentación que mueven entre administraciones.
Recuerdo el caso de los que les hacían pasar por karatecas de élite. Esta nueva operación cuenta una historia más cutre; la más vieja de los tratantes de personas, ávidos de esclavizar a los más pobres de sus compatriotas. El ‘empresario’ español, de 39 años y afincado en Mallorca, se echa unos compinches pakistanís, de 34, 37 y 38 años (todos detenidos por Policía Nacional de Mallorca), para mover a compatriotas hacia Mallorca para trabajar en condiciones convencionales.
Al llegar de su país o del lugar nacional donde residen, les dan de alta con documentación que pertenece a otros pakistanís legales o con identidades robadas en Gran Bretaña u otros países. Cuando actúan en connivencia, los legales cobran el paro, una vez que dan de baja a los ‘ilegales’ a los que han esclavizado con jornadas laborales de 16 horas, les han pagado cuatro euros, y les han amenazado y agredido para que no denuncien.