La multiculturalidad de la capital de Bosnia-Herzegovina, Sarajevo, rezuma por cada rincón de esta bella ciudad. Heterogeneidad religiosa, cultural y étnica. Un lugar donde en otros tiempos convivieron en armonía y tolerancia serbios, bosnios y croatas.
Sarajevo pasó en solo ocho años de vivir días de concordia y felicidad siendo sede de los JJOO de invierno en 1984, a ser el mismísimo infierno asediada y bombardeada durante casi cuatro largos años por las milicias serbobosnias, durante la guerra de los Balcanes entre abril de 1992 y febrero de 1996, sufriendo a diario bombardeos desde las colinas que circundan la ciudad y sometidos a constantes cortes de suministro eléctrico, agua, medicamentos y víveres.
El resurgir de Sarajevo
A consecuencia de ello, Sarajevo quedó devastada y más de 12 personas perdieron la vida, en su mayoría población civil. Pero cual “ave fénix”, la ciudad ha remontado el vuelo, aunque las viejas heridas continúan presentes en algunos edificios, huellas indelebles de la terrible guerra. Jamás en la historia, al menos moderna, una ciudad sufrió tan severo castigo.
Bosnia siempre ha sido un crisol de culturas y vivo reflejo de ello es su capital, con influencias otomanas y austro-húngaras, los dos imperios que dominaron estas tierras durante siglos. De hecho, en Sarajevo se respira un cierto aroma oriental de las ciudades árabes, impregnada en plazas y mercados; así como ademanes de finura imperial de las urbes centroeuropeas en algunas de sus calles y avenidas.
El casco histórico y los edificios religiosos más representativos
Si paseamos tranquilamente por el casco histórico de Sarajevo, conocido como Bascarsija, podremos contemplar la belleza sublime de la Mezquita de Gazi Husrev Bey , el lugar de culto musulmán más importante en la capital bosnia y una de las muestras más palpables de la arquitectura otomana. Pero si la plaza Bascarsija es su punto neurálgico, la fuente Sebilj, del siglo XVIII, es el lugar de encuentro en pleno barrio turco.
Otros lugares de culto diseminados por la ciudad son la barroca Iglesia Ortodoxa serbia de la Natividad acabada a fines del siglo XIX, la catedral católica neogótica del Sagrado Corazón de la misma época que la anterior y la sinagoga de Sarajevo, de principios del XX. Un ramillete de edificios religiosos que reflejan la variedad de creencias que siempre convivieron en paz en esta ciudad, hasta que una maldita guerra acabó con esa pacífica cohabitación.
Puente Latino y Biblioteca Nacional, lugares con historia
El Puente Latino y la Biblioteca Nacional constituyen los lugares con más historia de Sarajevo. En el primero de ellos, aconteció el suceso que desencadenó la I Guerra Mundial, el asesinato a tiros del archiduque Francisco Fernando y su mujer.
Mientras que el segundo, sufrió la ira de las fuerzas serbiobosnias que la bombardearon sin cesar durante la noche del 25 al 26 de agosto de 1992, destruyéndola por completo y perdiéndose la riquísima colección literaria y documental que albergaba. Reconstruida en su totalidad ahora luce hermosa la Vijecnica. Su estilo morisco con detalles arabescos han sido restaurados fielmente a como eran cuando finalizó su construcción en 1894.
Y frente a ella, desde las colinas de Sarajevo, escenario desde donde las tropas serbiobosnias hostigaron a la población civil, se observa en toda su extensión el encanto de Sarajevo y, sobre todo, sus atardeceres espectaculares.
En una de sus laderas en la zona oeste de la ciudad se emplaza el cementerio de Chekhov Kovaci, dramático testigo de la guerra donde reposan los restos mortales de numerosos jóvenes que perecieron durante el conflicto bélico.