En el transcurso de dos siglos se levantaron todos ellos. En el XVI durante el reinado de Felipe II, los palacios de Aranjuez, El Pardo y el de San Lorenzo del Escorial; y en el XVIII con Felipe V, el Palacio Real de Madrid.
Cronológicamente el primero en su construcción fue el Palacio de El Pardo –ubicado en el protegido monte de idéntico nombre, el bosque más grande de la Comunidad de Madrid– erigido por Carlos V. Comenzó su construcción en el año 1547, finalizó durante el reinado de Felipe II y fue ampliado en el siglo XVIII por Carlos III.
Utilizado por los primeros borbones como residencia de invierno, su actual uso es alojar a los presidentes y jefes de estados extranjeros que vienen en visita oficial. Aunque durante la dictadura fue la residencia oficial de Francisco Franco.
En su interior destacan los frescos de diversas épocas, una colección de Goya y unos tapices del siglo XVIII que ornamentan gran parte del palacio.
Emplazado en la localidad de Aranjuez en la confluencia de los ríos Tajo y Jarama, la edificación del Palacio Real de Aranjuez se inició en 1561 por orden del monarca Felipe II. Durante más de un siglo fue la morada de primavera de la corte y no se realizó obra alguna, pero sería Felipe V en 1715 quien acometió una ampliación, finalizándose la misma en 1752 con Fernando VI en el trono.
Hasta hace casi cuarenta años, concretamente 1983, se ha utilizado como residencia de los jefes de estado de países extranjeros en visita oficial a España.
Dentro del palacio destacan especialmente el Gabinete Árabe, el Chinesco y el de Porcelana, el Salón de los Espejos y las opulentas colecciones de mobiliario y relojería.
Patrimonio de la Humanidad
El Palacio Real de El Escorial, reconocido como Patrimonio de la Humanidad en 1984, fue construido entre 1562 y 1584, terminándose ese año la edificación de todo el complejo: monasterio, basílica y palacio. Residencia de varios monarcas y lugar de sepultura de muchos de ellos, en el espectacular Panteón de Reyes dentro del palacio.
Y aunque nunca fue acreditado como Maravilla del Mundo, si fue considerado extraoficialmente como la octava desde su construcción. Se estima que se trata del monumento que mejor representa los movimientos culturales del Siglo de Oro español.
Bocetos de pintores italianos, frescos de artistas españoles como El Bosco o El Greco, tapices flamencos y sedas ornamentan los salones del palacio, completado éste por la espectacularidad de la biblioteca, los salones reales, la cripta y las escalinatas, entre otras.
Y ya en la propia capital, en la céntrica Plaza de Oriente, se emplaza el Palacio Real de Madrid. Aunque en teoría debería ser la residencia oficial del rey de España, ahora lo es el moderno Palacio de la Zarzuela, se utiliza para celebraciones solemnes de Estado.
De 1738 a 1751 se extendió su construcción –aunque se asienta sobre el Alcázar de Madrid, la antigua fortaleza medieval–, iniciándose con el reinado de Felipe V. Fue Carlos III el primer monarca en habitarlo y Alfonso XIII el último. También el presidente de la II República, Manuel Azaña, ocupó algunas habitaciones durante su mandato, pasando a llamarse Palacio Nacional.
Aseguran que es el más grande de la Europa occidental –con más de 3400 habitaciones– y en su interior alberga piezas de gran valor histórico y artístico. Desde pinturas de artistas tan prestigiosos como Goya, Velázquez o Caravaggio a colecciones de armería, porcelanas, relojería o mobiliario. El Salón del Trono y la Real Armería son las salas más visitadas y admiradas.
En la página web www.patrimonionacional.es se puede consultar de forma detallada horarios, precios, localización y como llegar a cada uno de los palacios.