El cierto aire decrépito y vetusto que exhalan las calles y desprenden los edificios de La Habana es precisamente su principal encanto. Una ciudad para conocer sin prisas, con la parsimonia propia de los cubanos. A ritmo de son caribeño.
La Habana, bella entre las bellas, anclada en los años cincuenta del siglo pasado y fiel a su idiosincrasia, cuenta con una extensa costa y un cinturón verde que circunda la ciudad, el pulmón habanero. Y gran parte de ese litoral lo ocupa el Malecón, una amplia avenida con desvencijadas edificaciones a un lado y su dique de protección al otro, sacudidos sus gruesos muros por el oleaje del mar.
En los ocho kilómetros de prolongación del largo bulevar se atisban fortificaciones coloniales como el Castillo de la Real Fuerza, la Fortaleza de San Carlos de la Cañada y el Torreón de San Lázaro; el Hotel Nacional, el de mayor prestigio de toda Cuba, o la Tribuna Antiimperialista José Martí, lugar de encuentro y manifestación en grandes eventos del régimen, levantado a modo de afrenta frente a la blindada embajada norteamericana.
La Habana Vieja
En la llamada Habana Vieja la vida de la ciudad late por sus dos principales arterias, las populosas calles de Obispo y Obrapía. Así como por la Plaza de la Catedral –destacando la barroca fachada de la iglesia de San Cristobal y los añejos palacetes del Conde de Lombillo o el del Conde de Bayona, actualmente convertido en una galería de Arte colonial–, la Plaza de las Armas –rodeada por viejos edificios históricos como el actual museo de la Ciudad, lo que fue el Palacio de los Capitanes Generales y el Castillo de la Real Fuerza– y la Plaza Vieja –en la que sobresalen sus palacetes porticados del siglo XVI–.
Otros edificios relevantes son el famoso Capitolio –estéticamente idéntico al de Washington que actualmente alberga la Academia y Biblioteca Nacional de las Ciencias y la Tecnología– y el neobarroco Gran Teatro de la Habana “Alicia Alonso” –actual sede del Ballet Nacional de Cuba, de la Opera y el Teatro Nacional–.
Mientras que la oferta cultural también es dilatada con el museo de la Revolución, ubicado en el antiguo Palacio Presidencial y en el que se exponen documentos, objetos y recuerdos de la revolución cubana, el de Historia Natural, que ofrece una valiosa muestra antropológica de la isla y otros más temáticos como el del Automóvil, que exhibe los vehículos utilizados por personajes de la revolución como Fidel Castro o el Che Guevara, o el del Ron, en el que se detalla el proceso de elaboración de esta bebida que tiene como base la caña de azúcar.
El Vedado
La Plaza de la Revolución es quizá una de las imágenes más icónicas de la ciudad de La Habana, ubicada en el moderno barrio de El Vedado, una zona residencial de amplias y arboladas calles pobladas de casonas con aire colonial.
La plaza ha sido escenario de los actos conmemorativos y principales concentraciones y celebraciones del régimen. Se dice que es una de las de mayor amplitud del mundo superando los setenta y dos mil metros cuadrados.
En ella se emplazan el Ministerio del Interior presidido por el enorme mural del Che Guevara, el Ministerio de Telecomunicaciones con la imagen del guerrillero Camilo Cienfuegos, la Biblioteca Nacional y el Teatro Nacional de Cuba.
Y en el centro de la plaza se erige el Memorial José Martí, un gigantesco monumento de 142 metros de altura con un mirador en su cúspide desde se contemplan unas impresionantes vistas de la ciudad.
Música y almendrones
Los vetustos “almendrones”, o lo que es lo mismo el símbolo cubana sobre ruedas, los viejos coches americanos de la década de los cuarenta y cincuenta del siglo pasado y los innumerables locales que rezuman música y baile dotan a La Habana de una peculiar personalidad propia.
Los más populares y turísticos, aunque también los más caros, se hallan en la Habana Vieja y son la Bodeguita del Medio y el Floridita, popularizados por el escritor Ernest Hemingway, un enamorado de la ciudad en la que vivió durante dos décadas, donde se degustan los “mojitos” más deliciosos.
Mientras que en El Vedado destacan dos salas con música en vivo: El Gato Tuerto, con las actuaciones de bandas de son y cantautores cubanos y el jazz club La Zorra y el Cuervo, cercano al Malecón, que suele contar con la presencia de destacadas bandas de jazz nacionales e internacionales.
Sol y playa en Varadero
Y a tan solo de 2 horas de viaje y 140 kilómetros de distancia hallaremos Varadero, principal destino de sol y playas paradisiacas de la isla y el más cercano a la capital de Cuba, en la llamada Península de Hicacos.
Alberga numerosos hoteles en sus más de 20 kilómetros de playas, idóneas para el baño y el relax o la práctica de buceo o snorkel. En las inmediaciones se encuentra la Reserva Ecológica Varahicacos, el Parque Marino Cayo Piedras del Norte o las cuevas de Ambrosio del período prehistórico precolombino, como lugares de interés para visitar.