Kuala Lumpur, la capital de Malasia, es una ciudad de contrastes con un desarrollo tan desmesurado que los ultramodernos edificios, entre ellos las famosas Torres Petronas, se entremezclan con los pintorescos barrios chino e indio, atávicos templos budistas e hinduístas, mezquitas islámicas y arquitectura colonial y autóctona.
Las torres
En los cielos de Kuala Lumpur se erigen las Petronas, todo un símbolo del desarrollo emergente de la economía de Malasia, utilizando en su construcción motivos islámicos y de pagodas budistas, aunque revestidos de un toque muy vanguardista.
Con una altura de 452 metros y 88 pisos de altura y una estructura de hormigón, acero y vidrio estas dos torres gemelas llegaron a ser las más altas del mundo entre 1998 y 2003, superadas ese mismo año por la taiwanesa Taipei 101.
Su uso exclusivamente es la de albergar oficinas y, sin duda, es la atracción turística estrella de la capital. Tanto es así que las entradas que se deben adquirir por internet se agotan con muchas semanas de antelación.
Pero a las Petronas no les va a la zaga la Torre Menara, solo 30 metros más baja que aquellas y que cuenta con un espectacular mirador de la ciudad en su cúspide con una visión de 360º de Kuala Lumpur. Esta torre de telecomunicaciones también aloja un restaurante giratorio, un teatro e, incluso, un mini zoo.
Chinatown y Little India
Los dos barrios más pintorescos de la capital malaya son Chinatown, el chino, y Little India, el hindú. Ambos dan un toque de color a Kuala Lumpur.
Chinatown se caracteriza, como todo barrio chino que se precie, de calles llenas de tiendas y puestos callejeros de comida típica. En su calle principal, Petaling Street, se ubica un gran mercado de imitaciones, además de varios templos taoistas.
Mientras que Little India está atestado de tiendas, locales, joyerías y restaurantes, todo ello con un predominante acento hindú. El barrio tiene un origen colonial y en sus inicios sus pobladores fueron trabajadores inmigrantes indios.
Templos y mezquitas
¿Y qué más podemos visitar en Kuala Lumpur? Templos y mezquitas destacan sobremanera. La huella india se refleja en los templos hinduístas de Sri Mahamariaman –el más antiguo de la capital–, Sri Kandaswamy –con una arquitectura de influencia tamil del sur de la India– y Sri Alemelu –ubicado en las inmediaciones de las Cuevas Batú–; y la china en los santuarios taoistas de Sin Sze Ya –el templo taoísta de mayor antiguedad–, Guan Di –dedicado al dios de la guerra– o Thean Hou –que combina arquitectura tradicional con modernista–.
Mientras que las mezquitas más sobresalientes son la de Jamek –la más antigua de Kuala Lumpur–, Negara –de construcción vanguardista con una espectacular cúpula de 18 puntas– y Wilayah Persekutuan –de marcada influencia otomana y con cierto paralelismo con la mezquita azul de Estambul–.
Cuevas Batú
Pero la joya de la corona de Kuala Lumpur, indudablemente junto a las Torres Petronas, son las Cuevas Batú ubicadas en una colina a 13 kilómetros de la capital. Templo hindú conformado por varios santuarios y mausoleos, rodeado de naturaleza y cuevas naturales de tierra caliza.
Tras ascender 272 escalinatas multicolor se llega a la entrada de la gran gruta, descubierta en 1878, y durante la ascensión no nos dejarán de acompañar pequeños grupos de macacos, curiosos y hambrientos. En el interior de ella, de más de 100 metros de altura, se hallan santuarios y estatuas.
Al frente del templo yergue una gran estatua dorada de 43 metros de estatura en honor a Murugan, el dios de la guerra que dirige a las huestes celestiales contra los demonios, sin duda la visión más espectacular que da la bienvenida a peregrinos y turistas. Dicen que se tardó tres años en su construcción.
No deja de ser sorprendente que en un país de mayoría islámica se emplace tan colosal templo hinduista, convertido en uno de los centros de mayor peregrinaje de fieles que profesan esa religión.
Un lugar que no deja a nadie indiferente.