No solo las sierras, montañas, senderos, ríos, barrancos, embalses, lagos o el mar son escenarios naturales para los deportes de aventura, también el aire es un elemento indispensable, en este caso, para los deportes aéreos como el parapente, el vuelo sin motor o ala delta.
Pero no solo se requiere del deportista una destacada capacidad física, también se precisa habilidad, pericia, técnica, destreza y agilidad.
El parapente es una modalidad de vuelo libre que se inicia desde la cima de una pendiente lanzándose al vacio con un planeador ultraligero y diseño aerodinámico, aprovechando la fuerza y dirección favorable del viento. Es decir un planeo ligero y flexible, sin motor y sin partes rígidas. El peso de un parapente no sobrepasa los 20 kilos.
El vuelo sin motor se realiza o bien con un aeroplano o con un ala delta pudiéndose alcanzar velocidades entre 40 y 150 kilómetros/hora. Tanto el despegue como el aterrizaje se efectúan a baja velocidad, basándose fundamentalmente en el aprovechamiento de corrientes ascendentes de aire y movimientos del mismo en la atmósfera.
Pirineos y Cornisa Cantábrica
La orografía del Pirineo oscense –concretamente en las estaciones invernales de Formigal y Panticosa, sierra del Gerbe y el valle de Aragón–, del Pirineo navarro –en los valles de Salazar y Belagua– y del Pirineo leridano –en el Vall d’Arán y las comarcas de Alta Ribagorza, Pallars Sobirá, Alt urgell y Cerdanya– ofrecen alternativas interesantes para surcar sus cielos en parapente o vuelo sin motor.
Mientras que en la Cornisa Cantábrica tanto esta última actividad como la heliexcursión hallarán sus lugares idóneos en las estaciones invernales de Pajares (Asturias) y Manzaneda (Orense) y en las sierras de Arrona, Aitzgorri y Aralar (Guipuzoca), Ereñozar (Vizcaya) y Gorbea (Alava).
Centro de la península
En las comunidades de Castilla-León o La Rioja para aventurarnos a la práctica del parapente nada mejor que hacerlo en los Picos de Urbión (Soria), en Cerro Ventanillas en Almonacid de Zurita (Gudalajara) y en la sierra de La Demanda (La Rioja), en la comarca de El Bierzo (León), en la sierra de Francia (Salamanca) y en la sierra de Gredos (Ávila); y el vuelo sin motor desde el aeródromo de Fuentemilanos (Segovia).
Y en Castilla- La Mancha o sus proximidades destacan parajes con encanto para las actividades aéreas, como por ejemplo la sierra de Javalambre (Teruel) o Caudete (Albacete); mientras que en la Comunidad de Madrid los más sobresalientes entornos naturales son los emplazados en los picos de Abantos, Mondalindo en la sierra de Canencia, San Benito en Peñalara y La Najarra entre las localidades de Miraflores de la Sierra y Soto del Real, todos ellos en la Sierra de Guadarrama.
Sur e islas
También el sur y ambos archipiélagos, canario y balear, cuentan con ubicaciones privilegiadas para el parapente, ala delta o vuelo sin motor como la Alpujarra granadina, que cobija en su peculiar orografía abigarradas montañas junto a otras más estilizadas y suaves acompañadas de vientos estables, sobre todo en las dos cumbres más altas de la península, la Veleta y el Mulhacén; en la zona de los miradores de Los Giles o Las Coloradas (Gran Canaria) y en Adeje despegando desde Taucho (Tenerife) en las Islas Canarias o las escuelas enclavadas en Mallorca, Alcudia, El Arenal (Mallorca) y en el Mercadal y Ciutadella (Menorca) en las Islas Baleares.