Lydia Sempere nació en Banyeres de Mariola, un pequeño pueblo de la provincia de Alicante, en 1997 y es piloto de automovilismo. Su lema “Pilotar en silencio” ha dado la vuelta al mundo junto a su historia de superación y esfuerzo.
Lydia nació sorda, pero a los dos años fue intervenida quirúrgicamente para colocarle en su oído izquierdo un implante coclear bilateral, que se trata de un electrodo que se coloca en el oído interno y que emite señales a un receptor de sonido externo que ella misma se coloca en la cabeza y que se encarga de recoger el sonido exterior e introducirlo mediante impulsos eléctricos que llegan al cerebro tras la estimulación de los nervios auditivos. En 2008 decidió colocarse otro implante en el oído derecho.
Desde pequeña ha sentido pasión por los deportes de motor, algo que le viene de familia ya que su padre era piloto de motocross. Comenzó en el karting desde pequeña y, aunque tenía una gran desventaja en comparación con sus compañeros, no se rindió nunca. En 2008, Marc Gené jugó un gran papel en la carrera de Lydia ayudándola a que le fabricaran su primer casco adaptado a sus implantes y que por primera vez pudiera oír el motor de su kart mientras pilotaba. Este gran cambio la ayudó a conseguir muy buenos resultados y le ha permitido poder dar el salto al Campeonato de España de Turismos en el que quiere hacer historia siendo la primera mujer en ganarlo.
Si quieres seguir conociendo a Lydia un poco más… ¡Sigue leyendo!
¿Cuál es tu recuerdo más bonito como piloto?
“El recuerdo más bonito ha sido cuando escuché por primera vez el motor de mi kart con mi casco adaptado a mis implantes cocleares”.
¿Quiénes son las personas que te inspiran día a día?
“Siempre me ha inspirado Fernando Alonso, me parece muy buen piloto y desde muy pequeña ha sido mi ídolo”.
A nivel profesional, ¿cuál es tu mayor objetivo?
“Mi mayor objetivo es llegar lo más lejos posible, actualmente soy piloto de turismos, y me gustaría estar en los fórmulas ya que es la modalidad que más me gusta”.
¿Has pensado en otra categoría en la que te gustaría competir?
“Sí, me gustaría hacer el TCR, o la Clío Cup Europea”.
¿Hay alguna mujer dentro de los deportes de motor que te inspire?
“Sí, María de Villota, que, por desgracia, hoy en día no está con nosotros, pero después de conocer a Emilio, y leerme el libro "La vida es un regalo" me sorprendió muchas cosas sobre su vida, ya que me sentí muy identificada en muchos aspectos, y me di cuenta de lo admirable que era esa mujer”.
De pequeña te cortaste el pelo para que no notaran que eras una niña, ¿crees que con el paso del tiempo hay más aceptación de las mujeres dentro de este deporte y que a niñas que comienzan ahora no les pasará lo mismo?
“No estaría muy segura de que no pasara lo mismo, ya que aun queda muchísimo por trabajar para que este deporte este totalmente igualado, pero algún avance si que he visto y poco a poco nos haremos hueco en el automovilismo”.
Antes eras jugadora de fútbol sala, ¿qué diferencias encuentras entre este deporte y el automovilismo?
“Las diferencias es que en el fútbol sala se trabaja más en equipo, el resultado depende mucho del rendimiento de cada una de las jugadoras y físicamente es muy exigente. En caso del automovilismo, es un deporte singular, tienes que tener la valentía de hacerlo tú sola y todo esta en tus manos, no cabe olvidar que los mecánicos también influyen, pero es un deporte en que depende de ti mismo y es mucho físico, pero diría que más la inteligencia y concentración”.
¿Qué le dirías a alguien que quiere comenzar en este mundo, pero no se atreve?
“Le diría que vida solo hay una, si es un sueño, pues a por ello, porque es muy bonito vivir de algo que te gusta realmente, no tiene precio”.
¿Tú crees que las mujeres llegaremos a competir en categorías más altas en los deportes de motor?
“Confío en que sí, el día que vea a una mujer, en la formula 1, me emocionaré porque María de Villota estuvo ahí, solo le faltaba un pequeño paso más.. así que debemos de hacerlo por nosotras y por ella”.
¿Qué esperas de tu próxima carrera en Barcelona?
“Espero que mi última carrera sea un buen final de un gran año y poder disfrutarla al máximo como si fuera la última carrera de mi vida, ya que nunca se sabe donde pueda correr al año que viene ya que todo depende del apoyo de los patrocinadores”.
Lydia es un ejemplo no solo de valentía sino también de que siempre tenemos que luchar por nuestros sueños.