Los reflectores del mundo siguen sobre la Gran Bretaña luego del lamentable fallecimiento del duque de Edimburgo, el príncipe Felipe quien falleciera el pasado nueve de abrirl dejando una estela de desolación sobre el país por excelencia del fútbol, los filetes y las papas.
Luego de eso, cientos de datos se han dejado saber, desde aquellos que van de la personalidad del propio duque que tiene todos ambivalentes, pues hay quienes al mismo tiempo que recuerdan su carácter agrio y duro, hay otros que ponderan su buen estado de ánimo y sentido del humor, opiniones ciertamente contrastantes con la imagen de ese hombre recio y serio.
Los servicios funerarios luego de la desaparición del príncipe se han dejado ver en las televisoras del mundo, comenzando el escándalo con la llegada de su nieto Harry, pero sin la presencia de su nuera Meghan Markle que ante la polémica, prefirió quedarse en casa para no ensombrecer las ceremonias en torno a uno de los hombres más importantes de la corona en el último siglo.
Y es que tanto Harry como Meghan tuvieron una entrevista muy cercana con la presentadora norteamericana, Oprah Winfrey en la que acusaron a la familia real de ser racistas y de poner en tema de juicio el color del futuro hijo de ambos toda vez que la ex modelo y presentadora proviene de una familia de color, palabras que por supuesto no fueron bien tomadas por la corona en el palacio de Buckingham.
No obstante y luego de los asuntos en torno a la muerte del Duque y los días de luto oficiales dictados por la corona y por supuesto, de los muchos memes en cuanto a los guionistas de The Crow, todo llega a su fin en la última parada, el servicio fúnebre y el último adiós privado en Winsor, lugar en que los ojos del mundo están atentos.
Ahí, muchas cosas han llamado la atención, como la llegada al palacio de la otra nuera con claros guiños a su ahora extinta suegra, la princesa Diana de Gales o la presentación de la propia reina quien despide al que para muchos fuera el pilar de la corona por casi una década, pero otro asunto que ha llamado poderosamente la atención, es el coche que transporta los restos del príncipe, el Land Rover que el mismo duque diseñara para su propio funeral hace 18 años, cosa que da muestra de su ya mencionado carácter.
El coche fúnebre se fabricó en la fábrica de Land Rover en Solihull en 2013 utilizando un vehículo con chasis y cabina Land Rover Defender TD5 130 con una sección trasera abierta para transportar el féretro del duque.
En las transmisiines que se han dejado ver al rededor del mundo, el auto ya llamado la atención, tanto por su sobriedad y su elegancia, así comi su color, un verde militar que hasta el último momento de su aparición publica ha dejado claro un poco de la gallardía del duque frente a las fuerzas armadas de su país en que hasta sus propios nietos, herederos de la corona tuvieron que cumplir con su servicio.
El palacio de Buckingham ha compartido algunos detalles de coche fúnebre diseñado por el propio rey, por ejemplo, que en un príncipio fue verde Belice, pero que se subió el tono para que se asemejara a los usados por ka milicia de ese país. Además, que aunque el auto fue fábricado desde 2013, los últimos toques fueron dados en 2019.
Se sabe que los Land Rover fueron en vida los autos predilectos del duque de Edimburgo y el día de su último adiós, es el auto que el mismo diseño, el que está robando las miradas del mundo.