¿Reciclamos en nuestros hogares adecuadamente? ¿Desechamos los envases en los contenedores correctos? ¿La industria está concienciada en la eliminación de sus residuos? Es cierto que paulatinamente lo hacemos más y con mayor acierto, aunque aún queda una importante labor de concienciación. Todavía no es suficiente. Sigue habiendo luces y sombras, o lo que es lo mismo aprobados y suspensos, en el reciclaje de los residuos urbanos.
Años atrás en España el reciclaje domestico era una asignatura pendiente. Ya fuese por la falta de información y posibilidades para efectuar una separación ordenada de los residuos o porque el reciclaje en las industrias ni estaba regulado ni su negligencia estaba penalizada.
Luces y sombras, mito o realidad
Según los datos del último lustro elaborados por Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea, España se sitúa en el sexto lugar del ranking de la Unión Europea en reciclaje de envases domésticos, las luces; pero suspende en el de residuos urbanos, aquellos que generamos en nuestros hogares, en los comercios o en las empresas, con tan solo el 35% descendiendo hasta el puesto 18, las sombras.
En 2019, último año del que se disponen estadísticas, en España se reciclaron entorno a 1,5 millones de toneladas de envases domésticos, el 70% de los mismos, por encima de la media europea que se encuentra en el 68%, acabando con una parte del mito de que en este país apenas se reciclaba. Aunque bien es cierto que Greenpeace pone en duda estos datos tan optimistas.
¿Pero el mito de que reciclamos poco entonces que base tiene? Pues según el organismo estadístico de la UE, en el total de residuos reciclados, incluyendo los orgánicos e industriales, la cruda realidad indica que la media baja considerablemente, quedándonos diez puntos por debajo de la europea.
Todas las comunidades autónomas disponen de contenedores azules, amarillos y verdes diseminados por todos los barrios y calles de sus pueblos y ciudades. A ello hay que añadir que existen más de 400 plantas de reciclajes homologadas en todo el país, siendo los ayuntamientos de los más de 8.100 localidades repartidas por nuestra geografía los encargados últimos de la recogida de los residuos urbanos.
¿Qué residuos van a cada contenedor?
¿Pero sabemos que debe ir a cada contenedor? Hagamos un somero repaso de lo que se debe depositar en cada uno de ellos.
A los contenedores amarillos deben arrojarse todos los envases de plástico, latas, briks, aerosoles, productos de limpieza, geles y bolsas de plástico, entre otros residuos.
A los iglús verdes irán las botellas de vidrio, frascos de colonia y cosmética y tarros de conserva; pero atención nunca depositar cristales rotos, bombillas o vajilla.
En los container marrones se tiran todos aquellos residuos orgánicos biodegradables como restos de comida, alimentos con cáscara, pieles de fruta y posos de café e infusiones. Mientras que en los azules se echarán todo tipo de envases de cartón, cajas, libros, revistas, periódicos, tapones y objetos de goma.
Y por último a los contenedores grises deben ir aquellos residuos inespecíficos tales como vajillas, cubiertos, artículos de higiene personal, pañales o juguetes.
También existen puntos específicos para la recogida de medicamentos, los llamados Puntos Sigre ubicados en las farmacias, los depósitos de pilas en tiendas donde se venden o en paradas de autobús y los denominados Puntos Limpios en los que se procede a la recogida de residuos voluminosos como electrodomésticos, televisores, muebles u ordenadores.