La segunda edición de “La Casa Fuerte 2” ha estado marcada, sin duda, por el duelo final: Samira Jalil y Antonio Pavón (favoritos en las redes sociales antes del episodio del baño) y Mahi Masegosa y Rafa Moya (una de las parejas favoritas por el público, pero con un perfil mucho más discreto).
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Sin duda, los concursantes han vivido una semana de lo más intensa: tras la expulsión de Isa Pantoja y Asraf Beno, se abrían las apuestas de quién se llevaría el premio final. En primera posición, Samira Jalil y Antonio Pavón. También Albert y Marta ganan fuerza, sobre todo el ex-superviviente que fue capaz de manifestar que no estaba de acuerdo con el “favoritismo” hacia Isa Pantoja por parte del programa.
Pero, finalmente, el premio se jugaba, pasada la una de la madrugada, entre Samira- Pavón y Mahi-Rafa. Se abría el televoto y parecía que todo iría a favor de la ex-tronista de “Mujeres y Hombres y viceversa”. Finalmente, no fue así.
La pareja ha logrado llevarse los 18.500 euros que había en la caja, por los que se han peleado a lo largo de todas estas semanas, ganando juegos, enfrentándose con sus compañeros y siendo valorados por la audiencia en el televoto. De esta manera, la pareja más surrealista del programa toma el relevo de las anteriores ganadoras, Yola Berrocal y Leticia Sabater (que se llevaron la victoria en la primera edición del concurso que tuvo lugar este mismo verano).
Mahi y Rafa han ido cobrando protagonismo a lo largo de estas semanas (aunque hay que reconocer que Mahi contaba con muchos seguidores tras su paso por “Supervivientes 2019”). Han protagonizado momentos muy divertidos, ganando pruebas y evitando discutir con sus compañeros.
Eso sí, Mahi sacó su carácter para declararle la guerra a Tom Brusse al que llamó falso y mentiroso. Por primera vez en televisión, el francés fue capaz de sacarle de las casillas y la hemos visto guerra como nunca.
Antes de ser nombrado ganadores, Jorge Javier Vázquez quiso saber en qué se iban a gastar el dinero. Rafa Moya, muy emocionado por haber llegado a la final en su primer reality, explicó que quería acabar su carrera de Derecho y para ello necesitaba dinero. Mahi, por su parte, quiere volver a trabajar en lo que más le gusta: ser costurera. Para ello quiere alquilar un local en Alcalá de Henares, la ciudad en la que vive la pareja.
Casualmente, Mahi y Rafa eran los únicos finalistas que mantenían una relación sentimental y, por lo que parece, la pareja está más que afianzada.