Irene Rosales se ha sentado en el plató de “Viva la vida” para desvelar que su suegra, Isabel Pantoja, ha aprovechado el cumpleaños de su nieta Ana para enviarle un audio, el problema fue que no cumplió las expectativas de su familia y su nuera se ha enfadado con la tonadillera: “A mí me ofende, no me gustó”.
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Irene Rosales ha confirmado una información en “Viva la vida”: Isabel Pantoja, efectivamente, quiso ponerse en contacto con su nieta Ana que, el pasado 15 de diciembre, le felicitó por su quinto cumpleaños. La colaboradora, muy seria, explicaba: “Mi hija recibió su felicitación pero bueno…” y sin mucho entusiasmo dejó ver que no fue como ella se esperaba: “Mandó un audio de un minuto y poco que a mí me ofende”, Sus compañeros no pudieron evitar quedarse con la boca abierta, pues Irene suele ser muy discreta a la hora de hablar de sus problemas con su suegra.
Para celebrar un día tan especial, Irene Rosales ha cumplido el deseo que le hizo la pequeña: tener una fiesta de temática 100% navideña. Eso sí, en la fiesta no había ni rastro de la tonadillera: “Vinieron unos amiguitos y después estuvieron mis hermanos(…) No hubo abuelas, por desgracia”. Hay que recordar que el pasado mes de febrero, la colaboradora perdió a su madre, Mayte Vázquez, por culpa de una grave enfermedad.
Al final, la joven mostró, por primera vez desde que empezó en televisión, su malestar hacia su suegra, la tonadillera Isabel Pantoja: “Le mandó unos audios a Ana que para mi parecer, yo que soy madre, no lo hubiera hecho así”. La cara de Irene era un poeta y dejaba claro que no estaba contenta con la situación.
Muy dolida con la actitud de Isabel Pantoja, Irene explicaba: “A pesar de estar mal lo hubiese mandado con otro ánimo, tendría que haberse limitado a felicitar a una niña de cinco años (…) Me alegré pero no entendí esta felicitación”. Ahora, tiene claro que no hay muchas posibilidades de un acercamiento entre su marido, Kiko Rivera, y la tonadillera. Su marido es consciente de que su madre envió una felicitación a su hija pero “No sabe el contenido ni nada, no ha querido escucharlo”. De esta manera, queda claro que la relación está completamente rota. Tras escuchar el mensaje, Irene está convencida de que la tonadillera la responsabiliza de los problemas que tiene con su hijo.