Carmen Martínez -Bordiu, la nieta de Franco más mediática, lleva muchos años en un segundo plano (tanto, que no ha realizado declaraciones después de que el Pazo de Meirás dejara de ser propiedad de la familia Franco por orden judicial). Lo último que se sabía de ella era que llevaba una vida de lo más relajada en Portugal, junto al joven australiano que se había convertido en su última pareja.
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Desde que decidiera abandonar Madrid y la vida social de la capital, no se sabía nada sobre ella. Uno de los últimos viajes que hizo a la que fue su hogar tuvo lugar en octubre: se reunió con algunas de sus amigas en uno de sus restaurantes favoritos, El Qüenco de Pepa. Pero no se sabía más sobre la duquesa de Franco que, según los medios que la han seguido, vive una vida muy tranquila cerca de la playa de Sintra (Portugal), a muy poca distancia de Nazaré, un lugar de visita obligada por los amantes del surf por sus olas gigantes.
Junto a ella, su joven novio australiano, Timothy McKeague, amante de este deporte y en el que parecía destacar. Uno de los rostros más conocidos de la prensa del corazón adquirió una casa con impresionantes vistas al mar en una de las mejores zonas de la localidad y a tan solo treinta minutos en coche de la capital del país, Lisboa.
La nieta mayor de Francisco Franco llevaba una vida apacible y no dudaba en viajar a Burdeos para visitar a su hija pequeña Cynthia (que ya tiene dos hijos) o a Madrid donde aprovechaba para visitar a su hijo mayor Luis Alfonso de Borbón, casado con la heredera venezolana Margarita Vargas, y a sus cuatro nietos.
Vanitatis informa que Carmen ha decidido dar un tiempo de reflexión a su relación con Timothy, una especie de “cese temporal” de la convivencia, una ruptura amistosa y sin daños colaterales. La razón principal de esta separación es el deseo de Timothy de volver a su país, Australia, después de que estuviera cerrado por la pandemia.
El noviazgo entre Bordiu y McKeague comenzó en el verano del año 2016 cuando se conocieron en un crucero por la Costa Azul. Ella iba como invitada y él trabajaba como profesor de yoga y coach emocional del dueño del barco. Tras acabar la temporada estival, ambos dieron el paso de vivir juntos. “A Tim le encontré en un momento en el que yo, anímicamente, no estaba muy bien. De repente, me di cuenta que algo nos unía. Con 66 años que tengo, creo que sé muy bien lo que quiero, ¿y quién se va a meter en mi vida?” aseguró la propia Carmen en una de sus últimas entrevistas en “Sábado Deluxe”.
Desde entonces, Tim se ha mostrado como un hombre muy tranquilo, que no quiere saber absolutamente nada del mundo de la prensa del corazón. Mientras tanto, Carmen ha vivido varias polémicas: tras el fallecimiento de su madre, Carmen Franco, el derecho a utilizar el título de ducado de Franco. La exhumación de los restos de su abuelo, Francisco Franco, del Valle de los Caídos, movilizó a la familia. Igual que el intento de venta del pazo de Meirás o del edificio de la familia en la céntrica calle Hermanos Bécquer (Madrid).