Hoy, 12 de noviembre, la emblemática actriz americana habría cumplido 91 años y sigue siendo un auténtico icono de belleza y elegancia, incluso, para las nuevas generaciones.
Grace Kelly nació en la ciudad de Filadelphia el 12 de noviembre del año 1929, una gran felicidad para una familia bien situada que nunca se podría haber imaginado que la pequeña iba a llegar a ser la princesa de un país europeo.
Tras lograr ser una de las figuras más importantes del cine de Hollywood de aquella época, tras ser una de las musas de Hitchcock, conquistó el corazón de Rainiero de Mónaco, un príncipe europeo al que conoció en un encuentro casual durante el rodaje de “Atrapa a un ladrón”
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Su vida cambió completamente tras su boda con Rainiero (una de las celebraciones del siglo) y decidió priorizar su familia y su papel como representante del Principado de Mónaco. A lo largo de su vida fue esposa, compañera, anfitriona, madre, confidente y apoyo. Y logró ser un icono de moda, elegancia y belleza a pesar del paso de los años. Incluso, para muchos expertos, Grace Kelly fue la auténtica impulsora del Principado de Mónaco.
Grace Kelly era conocida a nivel mundial mucho antes de su matrimonio con Rainiero. Gracias a haber nacido en una familia con mucho dinero gracias al petróleo, la joven pudo ir a algunos de los mejores colegios de Estados Unidos y allí nació su vocación por la interpretación.
Al cumplir la mayoría de edad, la joven Grace no se lo pensó dos veces y decidió emprender su carrera como actriz estudiando arte dramático. Así comenzó sus primeros trabajos en pequeñas obras de teatro y series de televisión. Fue en el año 1950 cuando su carrera cinematográfica arranca de verdad y se convierte en una auténtica celebridad a nivel mundial.
La actriz era conocida por su personalidad y su belleza realizando personajes memorables como en “Mogambo”, “Solo ante el peligro”, “La ventana indiscreta”, “Atrapa a un ladrón”, “Crimen perfecto” y “La angustia de vivir”, con la que ganó el Oscar en la categoría de Mejor Actriz en el año 1955.
Solo un año después, en 1956, Grace Kelly le daba el “sí, quiero” a Rainiero de Mónaco en uno de los enlaces más glamurosos de la historia. Una ceremonia que tuvo lugar pocos meses después de que la pareja se conociera y a pesar de que se habían visto en contadas ocasiones.
La actriz dejaba atrás su carrera como actriz y decidía centrarse en construir una familia junto a Rainiero, logrando ser la mejor impulsora del Principado. Gracias a trabajar duro, Grace Kelly se convirtió en la mejor relaciones públicas y colocó el pequeño principado en el mapa y que fuera considerado uno de los lugares con más glamour del mundo.
La gran fama alrededor del mundo hizo que la actriz intentara pasar largas temporadas en los refugios de la familia, donde se alejaba de las cámaras de los paparazzis, junto a sus hijos Carolina, Alberto y Estefanía de Mónaco. El 13 de septiembre del año 1982 fallecería en un accidente de tráfico, cuando volvía en coche al palacio de Montecarlo acompañada de su hija Estefanía. Al día siguiente se confirmaba que la princesa había fallecido víctima de una hemorragia y vascular. Sobre el accidente y todo lo que sucedió durante esas horas, se ha escrito de todo y todavía quedan muchas incógnitas sobre lo qué realmente sucedió.