Kiko ya no puede más y ha decidido contar cómo es su madre, Isabel Pantoja, realmente. El hijo de la tonadillera, tras permanecer varios meses callado, reflexionando en su casa sobre qué decisión tomar, ha terminado explotando y su relación con la cantante ha saltado por los aires. En la entrevista realizada por Mila Ximénez, estamos ante un Kiko muy dolido con su madre y que ha decidido abrirse completamente tras meses de muchas dudas y cosas que no le encajaban.
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La primera bomba ha sido: “No cedí Cantora a mi madre a sabiendas”. Pero, no es lo único. ¿Qué llevó a Kiko a no visitar más a su abuela y a su madre? ¿Por qué no ha vuelto a pisar el suelo de la finca Cantora, que era de su padre, el torero Paquirri?
Sin duda, el universo Cantora está viviendo su peor momento: Kiko Rivera ha realizado una entrevista bomba que implica la ruptura con su madre de la que se siente muy defraudado y con mucho dolor ante su actitud. En su última entrevista en “Sábado Deluxe”, el DJ ya lo dijo: ella anteponía su papel de Isabel Pantoja a su papel de madre. Tras muchos años al lado de su madre, incluso, en los peores momentos de la tonadillera, Kiko ha sufrido al ver como su madre le ha traicionado. Y ha decidido relatarlo en una entrevista que nadie se esperaba.
Completamente alejado de su madre y de su finca, Cantora, Kiko ha explicado la razón por la que no ha vuelto al hogar de su padre, a lo que el diestro le dejó en herencia.
“No voy a Cantora por el bien de mi salud y por el bien de mis hijas”.
Para Kiko, el hecho de pisar Cantora implica un gran desgarro emocional al ver como su madre ha dejado que la artista la devore. Pero eso no es lo peor, hay muchas cosas que han acabado afectando a sus propias hijas y eso no lo puede consentir.
A estas alturas, Kiko está dispuesto a todo para saber qué sucedió con la herencia de su padre, el torero Paquirri. Aunque “me huelo lo peor”, asegura el DJ. Un paso que nunca había querido dar a pesar de la presión de sus hermanos mayores, Fran y Cayetano. Este hecho puede cambiar para siempre la relación con su progenitora.
Una situación que abre viejas heridas y que pone en entredicho el comportamiento de la tonadillera con los hijos mayores de su marido, con la familia de Paquirri y con su propio hijo.