Kiko Rivera se ha sentado en “Sábado Deluxe” y ha hablado de su relación con Irene Rosales, las deslealtades que ha cometido a lo largo de este año. “Me sentiré culpable hasta el día en que me muera”. Irene ha confesado cómo conoció a la camarera de la discoteca “El hoyo”, en Sevilla, Alicia y cómo su mujer, Irene Rosales, descubrió lo que estaba sucediendo.
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Kiko Rivera fue desleal a su mujer, Irene Rosales, en medio de un bache sentimental en su matrimonio que coincidió con la enfermedad y muerte de la madre de Irene Rosales. Eso sí, con Alicia, aunque hubo un tonteo y le mandó mensajes muy subidos de tono no llegaron a quedar en ningún momento (según la propia Alicia, por su negativa a quedar con el hijo de Isabel Pantoja).
Techi fue la primera en hablar al salir a la luz unos audios en los que ella y el propio Kiko Rivera mantenían una serie de conversaciones bastante subidas de tono. Tras esto, llegó el testimonio de una joven camarera que demostró haber mantenido un intercambio de mensaje con el hijo de Isabel Pantoja. Irene Rosales, la esposa de Kiko Rivera, ha dado la cara defendiendo a su marido y confirmando que pasaron una crisis. Y, este sábado, el DJ se sentaba en el plató de “Sábado Deluxe” para hablar de todas las infidelidades que ha cometido: “Vengo a zanjar el tema y darle a mi mujer su lugar, el que merece, porque con ellas las cosas están bien”.
Kiko ha querido reconocer todos sus errores a lo largo de estos meses: “Hay cosas que son mentira y otras que son verdad, pero ya forman parte del pasado. He cometido muchos errores en mi vida y este es uno más. Lo de Techi es mentira, lo de Chabeli, igual; pero lo de Alicia sí es cierto. No he tenido nada con ella pero me pilló en un momento en el que no estaba bien con Irene. Tonteé con ella”.
Todo esto le ha hecho sentir mal y asegura que no se ha perdonado a sí mismo por lo que ha pasado: “Me siento culpable hasta el día que me muera. El único culpable de lo que ha pasado ha sido yo”
Todo comenzó en fin de año, estando en la discoteca, Kiko se puso a hablar con una de las camareras. Estaban fuera fumando y ella tenía frío, por lo que Kiko le dejó su chaqueta. No hubo más. Ella le escribió por whatsapp al día siguiente y así iniciaron el tonteo. Nunca llegaron a quedar, ya que el flirteo fue solo por el teléfono móvil.
Todo sucedió cuando el matrimonio estaba viviendo un bache y discutían constantemente. Irene acabó sospechando y decidieron sentarse a hablar. Kiko no le negó lo que estaba pasando, fue muy sincero y ella acabó perdonando todo. “Nunca me cansaré de decir que mi mujer es lo mejor que me ha pasado y yo no siempre me sé comportar. Esto fue así pero no ha vuelto a pasar”.
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