Rocío Carrasco ha decidido seguir una astuta estrategia para poder crear la máxima expectación en su estreno en Madrid. La mediática hija de Rocío Jurado ha presentado su cuestionado espectáculo en homenaje a su madre en la localidad madrileña de Boadilla del Monte y gracias a lo que ella llama “una promesa incumplida” ha sido capaz de provocar una gran expectación entre el público y los medios de comunicación.
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En un intento desesperado de conseguir poner a salvo su delicada situación económica, Rocío Carrasco ha retomado el espectáculo en homenaje a la figura de su madre, la gran Rocío Jurado, “Que no daría yo por ser Rocío Jurado”. La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha golpeado duramente a esta obra teatral que ha creado la propio Rocío Carrasco junto a su marido, Fidel Albiac, para homenajear la figura de la conocida como “la más grande” y sacar beneficio económico. Pero, desde su estreno el pasado mes de enero, las cosas no han salido como ella esperaba. A pesar de la situación, la pareja cerró dos sesiones del mencionado musical, este mismo sábado, en la localidad madrileña de Boadilla del Monte con la joven cordobesa Anabel Dueñas como la gran protagonista.
Y ha logrado lo que nadie creía: llenar. Rocío Carrasco ha logrado colgar el cartel de “No hay entradas”, eso sí, hay que tener en cuenta que en tiempo de pandemia el aforo es al 50%. Pero lo más importante lo ha conseguido: generar mucha expectación entre los medios de comunicación que han estado esperando por ella desde la primera hora de la tarde del sábado y hasta la noche.
Además de su presencia, Rocío Carrasco prometió a los reporteros que la estaban esperando que iba a conceder entrevistas, y estuvieron preparados, toda la tarde, para poder llevar a cabo una conexión en pleno directo. Finalmente, solo un programa logró tener a la hija de Rocío Jurado en directo, “Viva la vida”, el mismo espacio en el que trabajan sus amigas Carmen Borrego y Terelu Campos.
Durante la conexión, Rocío Carrasco se mostraba muy nerviosa y bastante inquieta, negándose a contestar las preguntas de la presentadora Emma García y escapándose de la reportera en la primera ocasión que tuvo. Realmente, el único contenido que realizó para las cámaras fue el posado, sin Fidel Albiac, a su llegada al recinto donde iba a tener lugar la representación.
Tras los pases, ya entrada la noche, los medios no pudieron acercarse ni a Rocío Carrasco ni a Fidel Albiac que se limitaban a pedir respeto por su trabajo por el ruido que estaban haciendo y dejando a todos los presentes con las ganas de tener unas declaraciones por parte de la pareja. Fidel Albiac, en el único momento que pasó ante las cámaras, ni siquiera levantó la mirada.