El Festival de San Sebastián cuenta, en su 68 edición, con una larga lista de invitados que visitan la ciudad para defender sus películas y proyectos. Entre muchos grandes, llegan actores de Hollywood, importantes creadores del cine europeo y latinoamericano, y una nutrida representación de las cinematografías española y vasca.
Viene Johnny Depp, que tanto me gusta (bueno, a veces, se va de boca), por ser el malote, pícaro de sesgo español, que ejerce de productor de Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan (Sección Oficial a concurso); un documental de Julien Temple sobre Shane MacGowan, líder del grupo The Pogues; y su director participará en las presentaciones en un año en el que hay otra película musical, en la Sección Oficial, El gran Fellove (proyección especial fuera de concurso), dirigida por Matt Dillon, que regresará a San Sebastián, 14 años después, de recibir el Premio Donostia. Ay! Matt!, Matt; pero, si has hecho de casi todo, al estilo malo y tierno, para crear el suspense de no saber si cuando tuerces la sonrisa es para bien o todo lo contrario. Tú fuiste premio hace más de una década y, este año, se lo lleva mi gran amor (uno de ellos, que puedo querer a muchos).
Viggo Mortensen, que presenta Falling, su debut tras la cámara. Mi ‘Alatriste’ (Agustín Díaz Yanes, 2006), con tanta ternura y tan capaz, que hasta tienes casa en León provincia y, sin saberlo, somos casi vecinos; qué gozada que disfrutes, otra vez, de la bahía de la Concha que me viera nacer hace más de seis décadas; que te eches unos zuritos y unos pintxos de rigor, y se te salten las lágrimas en Igueldo.
Llega, esta semana, Gina Gershon, la embajadora de lo que significa el tesón y las ganas de demostrar lo que hay que luchar para hacerse un hueco en ese espejismo de un país llamado Hollywood; y, con esto chavales, los nuestros: Elena Anaya, Candela Peña, Blanca Suárez, Paz Vega, Raúl Arévalo, Alejandro Sanz, Javier Cámara, Irene Escolar, Bárbara Lennie y Roberto Álamo, que me encannnnnnnnntannnnnnnnnn. Mi Candela peña, cada vez más ella, más guapa y más sabia y, mi Javier Cámara, al que ya le he dedicado otras líneas en este y otros medios.
Vaya lujado de Donostia Festival Cine 2020. Hay más, claro, pero primero tenemos que digerir esta alfombra roja, poco a poco; después, también poco a poco, largar sobre los otros.