Jorge Javier Vázquez, el presentador favorito de Telecinco, no está pasando por un buen momento. El pasado 20 de junio se daba el regreso de Belén Esteban a los estudios, tras 102 días de confinamiento por la crisis del COVID-19. Ese día, que debió ser de alegría, se tornó amargo apenas Belén pisó el estudio y comentó no estar de acuerdo por cómo el gobierno está llevando la crisis sanitaria. El comentario provocó una discusión entre la presentadora y Jorge Javier Vázquez, defensor acérrimo del gobierno.
La discusión terminó en el abandono del plató de parte del presentador y, minutos después, de “la princesa del pueblo”. Esa pelea fue la comidilla de los medios por varios días; que se tradujo en buenos números de sintonía para todos los programas donde se habló del tema. Sin embargo, para los protagonistas, no fue nada fácil.
Es por todos conocidos los años de amistad que unen a Jorge Javier y a Belén. Obviamente, se vieron muy afectados, en modo particular, Jorge Javier. El presentador escribió varios artículos donde se le pudo notar bastante afectado. El más reciente, para la revista Lecturas, donde es escritor frecuente, se transcribe a continuación.
Jorge Javier Vázquez cuenta su verdad tras encontronazo con Belén Esteban
Con los años se aprenden a manejar situaciones convulsas. Solo con los años. Y hasta que no aprendes, pasarlo mal es parte del proceso. No queda otra. Pero si logras trabajar esos procesos –con la ayuda de profesionales, claro– llega un momento en el que ese tipo de situaciones no solo no te desestabilizan, sino que te ayudan a crecer como persona. La última que he vivido ha sido el encontronazo con Belén.
Hoy sábado, una semana después de que se produjera, los principales periódicos del país siguen hablando de él. Leo solo titulares, pero no el contenido, que es una manera muy básica de protegerme.
"Dejar que las cosas se enfríen"
Desde que pasó lo que pasó, decidí incomunicarme durante un par de días, porque en esos momentos en los que los acontecimientos están tan recientes cualquier comentario, cualquier frase, cualquier mensaje puede desestabilizarte. En esos casos, lo mejor es aislarte, dejar que las cosas se enfríen, no alimentar el enfrentamiento ni buscar aliados entre tus amigos para que acaben dándote la razón. Silencio. Y el cerebro agradece la paz y empieza a ordenarse de una manera natural. Hay examen, pero no dolor. Hay revisión de los hechos, pero sin tortura.
"Una anécdota más en su relación"
El día después del desencuentro lo pasé tomando el sol, ajeno a lo que se estaba montando fuera. Visto lo visto, acerté. Porque para mí lo que sucedió el sábado en el plató del "Deluxe" quedará como una anécdota más en la historia de la relación que me une a Belén desde hace 20 años. ¡Y los que nos quedan!
"Sentimientos a flor de piel"
En esta ocasión la pelea se vio amplificada por el momento que vive el país. Con unos sentimientos a flor de piel tras hacer frente a una situación tan impredecible como catastrófica, cualquier motivo es bueno para posicionarse y resaltar nuestras diferencias. Con la (poca) perspectiva que da una semana me da rabia haber contribuido a la crispación con unas maneras equivocadas. Pero si siempre se ha dicho que ‘Sálvame’ es un programa muy pegado a la actualidad, difícil resulta no dejarse salpicar por esos sentimientos tan extremos que está viviendo nuestra sociedad.
"Un presentador no debe ser una máquina"
?No quiero que suene a excusa ni a justificación, pero un presentador no es ni debe ser una máquina, al menos a mi entender. Y no debe tener miedo a mostrar sus emociones en público, incluso aquellas de las que no se siente especialmente orgulloso.
"Entiendo que haya gente que no comprenda nuestra relación"
?Cociné el viernes con Belén como si no hubiera pasado nada. Entiendo que haya gente que no comprenda esta relación, pero es nuestra relación. Sé cómo ella va a reaccionar en cada momento, y a ella le pasa lo mismo conmigo. Cuando discutimos el sábado, surgieron los bandos, y yo pensaba: "Madre mía, la gente posicionándose y lo que no sabe es que en una semana nosotros ya habremos pasado página". Lo del sábado quedará como una pelea más. Belén me reprochará no haberle pedido perdón y me llamará "cabronazo" cada vez que se acuerde del incidente. Yo le contestaré que "amar es no tener que decir nunca lo siento" y ella se cabreará todavía más porque es muy cumplida.
"Hemos aprendido a aceptarnos con nuestros defectos"
Pero pasarán lo años y ahí nos tendremos el uno al otro, porque hemos aprendido a aceptarnos con nuestras defectos y contradicciones. Porque al final, fíjate tú lo que te digo, une más un error que un acierto; un defecto que una virtud; una pelea a tiempo en vez de cien años de estabilidad.