Jordi Turull, el nuevo candidato a la presidencia de la Generalitat, se sometió anoche a su primera votación en una sesión de investidura. Tal y como se esperaba, la abstención de la CUP hizo que Turull no llegase a obtener la mayoría absoluta necesaria para se investido.
Sin embargo, lo que sí hizo esta votación fue poner en marcha el reloj electoral en Cataluña. Un reloj que no se había puesto en marcha hasta ahora porque Torrent, al ver que la inviabilidad de los candidatos, había decidido posponer el pleno.
Ahora, al haberse producido la primera votación, comienza un periodo de dos meses en el Parlament tendrá que elegir un nuevo President si quiere evitar la repetición de elecciones.
La primera cita de ese periodo es este sábado, cuando Turull volverá a ponerse frente al Pleno para someterse a votación. En este segundo escrutinio solo necesita una mayoría simple para ser investido, es decir, solo necesita más votos a favor que votos en contra.
Sin embargo, tal y como están las cosas ahora, Turull seguiría sin lograr el apoyo necesario. Solo podría lograrlo si la CUP decidiese ceder y votar a favor o si Puigdemont y Toni Comín renunciasen, desde Bélgica, a su escaño, permitiendo que dos nuevos diputados entrasen en el Paralament y dándole a Turull 66 votos a favor frente a 65 en contra.
Salvo que alguno de esos dos escenarios ocurra, lo que cabe esperar es que Turull vuelva a perder la votación de mañana. Si eso pasa, se abrirá un nuevo periodo de negociaciones entre los partidos. Un periodo en el que Torrent podría designar, además, un nuevo candidato.
Ese periodo para buscar un nuevo President duraría dos meses. Si transcurrido ese tiempo no se ha logrado un candidato que reúna los votos suficientes, Torrent se vería obligado a disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones. Unos comicios que se celebrarían, previsiblemente, el 15 de julio.