A todos nos ha pasado alguna vez. Estás en un mal momento económico o, simplemente, necesitas un poco de dinero extra para ese viaje que estás planeando, el último modelo de iPhone o para algunos detalles de esa startup que tienes en mente. Y, entonces, te planteas el asunto de los préstamos online. Son rápidos, no requieren de tanta burocracia como en los bancos y se pueden hacer en cualquier momento del día. Sin embargo, una simple búsqueda en Google te arroja tantos resultados con ese lenguaje financiero que no acabas de entender que es casi imposible decidirse por uno. Demasiado ruido. ¿Puedo yo solicitar un préstamo? ¿Qué documentos necesito? ¿Qué demonios es el “TAE”? Entre todo esto, aparece la solución: los comparadores de préstamos como finconsejo.es. Se trata de páginas expertas dedicadas a analizar todas las plataformas que ofrecen este tipo de servicios, compararlas y darte algunas puntuaciones para que lo que contrates sea lo más adecuado a tus necesidades.
Primera criba
De entrada, una de las ventajas que tienen estos comparadores es que las ofertas de préstamos que encuentres en ellas son del todo fiables y serias. Es decir, eliminas de un plumazo todas aquellas páginas que son engañosas o que, simplemente, son una estafa. Además, la segunda ventaja es que ahorras tiempo. Y mucho. Imagina que debes mirar por tu cuenta una a una todas las entidades, o llamarles por teléfono, documentarte del tipo de préstamos que ofrecen, las características de cada uno de ellos… Se trata de un trabajo que los buscadores hacen por ti. Además, en los buscadores suele haber un ranking que te facilita las cosas a la hora de decantarte por una u otra compañía en el caso de que tengas dudas.
Cuestiones a tener en cuenta
Evidentemente, debes tener algunas cuestiones en cuenta a la hora de analizar el comparador. Lo más importante es que sea serio y fiable. ¿Por qué? Porque así nos aseguramos de que los datos que ofrece el comparador son exactos y están actualizados de forma constante. Las entidades que ofrecen los préstamos rápidos suelen cambiar las condiciones de uso a lo largo del año y, dependiendo del momento, pueden tener unas más ventajosas que otras. Los comparadores deben tener todas esas cuestiones actualizadas porque, de lo contrario, puede llevar a un error.
Evidentemente, el último responsable es el cliente que es quien firma. De hecho, solicitar un préstamos no suele ser fácil, sobre todo porque, pese a los comparadores, se requiere de tiempo y de unos conocimientos financieros básicos. De cualquier forma, en los comparadores debe aparecer la información de forma clara para que la opción elegida sea la correcta. Cuestiones como los intereses (en algunas entidades, el primer préstamo no tiene intereses), plazos de devolución, requisitos en cuestiones de papeles, certificados, etc. son las primeras que se deben analizar. Después, existen multitud de detalles a tener en cuenta como si estás en Asnef (base de datos de personas morosas). En algunos casos, y cada vez son más, las entidades no miran esas listas.
Como consejo final, la paciencia es una buena consejera. Párate un momento, analiza y elige la entidad y el servicio que mejor se adapte a tus necesidades. Y disfruta del último modelo de iPhone o de ese viaje que tantas ganas tienes de realizar.