Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) que ocultó a sus hijos durante casi un mes para que no se fueran con su padre a Italia, se enfrenta ahora a una pena de cinco años de cárcel y seis de inhabilitación de la custodia compartida. Esta se llevaría a cabo si fuese declarada culpable por un delito de sustracción de menores.
Durante varios años, Juana Rivas y su marido, Francesco Arcuri, vivieron en Italia. Del matrimonio surgieron dos hijos. Sin embargo, no todo fue felicidad en la vida de Juana: en 2009 denunciaba a su marido por violencia de género. Éste fue continuo entre junio de 2013 y mayo de 2016. El 18 de mayo de 2016 Juana regresaba a España con los niños, con la intención de visitar a su familia. El 28 de julio era el día en el que la mujer tenía que entregar a sus hijos al padre que la maltrató. Ese día no se presentó y, el 2 de agosto de ese, Rivas comunicó a su marido su intención de quedarse en España con los niños. Por lo tanto, se abrió una lucha legal que, en primer lugar, se solucionó el 14 de diciembre de 2016 en el Juzgado de Primera Instancia de Granada, en el que se reflejaba que la madre tenía que entregar a sus hijos a su marido (aunque estaba ya en trámite el divorcio). En abril y en julio de 2017 abría otras dos resoluciones más. La madre, al ver que no podría hacer nada para retener a sus hijos, “permaneció oculta con sus hijos en un lugar indeterminado sin facilitar su paradero y a sabiendas de la obligación que pesaba sobre ella de restituirlos”, según la Fiscalía. Esto ocurrió a finales de julio y casi todo agosto de 2017. Incluso el 9 de agosto tenía que ir a declarar al juzgado de Granada y, en su lugar, fue la abogada que la guió en el caso. El 28 de agosto, Juana acompañaba a sus hijos a la Comandancia de la Guardia Civil, aconsejada por su abogada. Desde entonces, los hijos viven en Carloforte, en Italia, junto a su padre. La comunicación entre madre e hijos es muy complicada porque, según la abogada, el padre no siempre está por la labor de que hablen.
Se le acusa de dos delitos de sustraccción de menores, penado cada uno con dos años y medio de prisión, y una inhabiltiación de la custodia de seis años. Además, está en el aire si tendrá que ser Juana Rivas la que se encargue de las costas del juicio.
Sin embargo, Rivas declara que “la justicia hay que pelearla hasta el final”. Dice que no desistirá hasta que se le dé la razón, después de todo lo que ha pasado.