El Instituto Nacional de Estadística ha publicado los datos de nacimientos y defunciones en España durante la primera mitad de 2017. Las cifras muestran que la crisis demográfica que comenzó en 2008 es más fuerte que nunca. Y es que los nacimientos han bajado un 6,3% respecto al año pasado, mientras que las defunciones han aumentado un 4,5%.
En total, entre enero y junio, se registraron 187.703 nacimientos. Un dato que preocupa a los expertos, ya que es la primera vez en 18 años que se baja de los 200 bebés. Los mayores descensos en el número de nacimientos se han producido en Castilla y León, Castilla la Mancha y Madrid, mientras que Melilla ha sido el único lugar en el que han nacido más bebés.
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A esta crisis de nacimientos se le une un aumento en las defunciones. En total, 219.835 personas perdieron la vida en la primera mitad de este año. Esta situación estuvo agravada por un mes de enero que fue el más negro de los últimos 5 años. Ceuta, Aragón y La Rioja fueron las tres comunidades con mayor número de muertes.
Estas cifras han provocado un acusado descenso de la población, en más de 32 personas. Se trata de la bajada más importante desde que se comenzasen a registrar datos en 1941.
Entre las causas que han provocado esta situación, los expertos ponen sus ojos en los nacimientos. Aseguran que el desplome en las cifras se debe a factores como el retraso de la maternidad, la falta de conciliación o la precariedad laboral.