El presidente de Galicia y potencial candidato a suceder a Pablo Casado, Alberto Núñez Feijóo, seguirá al frente del gobierno autonómico una vez se haya hecho con la dirección nacional de Génova 13. Uno de los presidentes autonómicos con más peso dentro del partido siempre ha antepuesto el interés de los gallegos por delante de los del PP y, por lo tanto, hará una "transición ordenada" en la autonomía como previamente lo hará en el Congreso Extraordinario del PP que, previsiblemente, se celebrará el 2 y el 3 de abril.
Lo cierto es que Feijóo no tiene nada claro su futuro después de alzarse como nuevo presidente popular. En primer término, la nueva dirección de Génova buscará la forma en la que ejerza como jefe de la oposición. El nuevo presidente no tiene escaño en el Congreso de los Diputados y, por lo tanto, no podrá intervenir en las sesiones de control al Ejecutivo. Como mucho, Feijóo podría ser designado senador autonómico para que, desde la Cámara Alta, el nuevo presidente del PP pudiera preguntar al presidente del Gobierno. No obstante, esta no es una de las prioridades: el gallego prefiere tener a un portavoz parlamentario de confianza para que haga su valor con solvencia.
La candidatura de Feijóo se conocerá una vez que la Junta Directiva Nacional del 1 de marzo convoque el Congreso Extraordinario que acabe con cuatro años de Pablo Casado. A partir de ahí, y aunque solo haya un candidato, comenzará una etapa de recorrerse el país para que Feijóo presente en las delegaciones provinciales su proyecto de partido y de país. En el congreso extraordinario se votará en urna, por lo que el tándem Feijóo-Moreno se someterá al voto de los compromisarios. Todo hace apuntar que el cónclave se celebrará en Sevilla.
Casado rogó que no le hicieran dimitir
El todavía presidente del PP, Pablo Casado, vivió el pasado miércoles uno de sus peores días de su vida política. El líder de la oposición pidió y rogó a los barones autonómicos, con los que mantuvo una reunión de más de cuatro horas, que no le obligaran a dimitir en ese encuentro y que le permitieran tener "una marcha digna" pudiendo ser presidente del partido hasta la celebración del congreso extraordinario del PP.
Casado dejó hablar a los 17 barones autonómicos -en realidad son 19, pero el catalán Alejandro Fernández no pudo acudir a Génova 13 porque estaba convaleciente tras una operación de rodilla y la balear Marga Prohens está a punto de dar a luz- y luego intervino él. Fue pasadas las 23.00 horas cuando un Casado cansado y demacrado tomó la palabra. Según barones presentes en el encuentro, tenía cara de no haber dormido en varios días y de profunda sorpresa por todo lo sucedido.
El todavía presidente tomó aire y repasó sus cuatro años al frente del partido: recordó la delicada situación que atravesaba el PP cuando él se hizo con la dirección nacional, repasó los choques que ha tenido con Isabel Díaz Ayuso en los últimos tiempos y denunció el acoso mediático al que ha estado sometido. Prometió ante los barones que no se presentaría al congreso extraordinario e imploró que le permitieran despedirse de los afiliados de la misma forma que lo eligieron: en el congreso.
"Podré haber hecho algo mal, pero no he hecho nada malo. Es injusto. Pensad en mis hijos, en mi mujer. Os pido que no hagáis más sangre de la necesaria. Fiaros de mí, no os preocupéis. Si yo soy el primero que apoyo a Alberto. Os doy mi palabra de honor", aseguran algunas fuentes que dijo Casado.