La memoria juega un papel muy importante en el desarrollo normal de cada día. Cuando pensamos en la salud, siempre nos fijamos en el buen estado de nuestro corazón, del sistema circulatorio, de una dieta equilibrada para aportar a nuestro cuerpo los “elementos” suficientes para tener una vida normal. Sin embargo, algo imprescindible es ejercitar la mente y sus conexiones neuronales, con el objetivo de tener una velocidad correcta para poder desarrollarnos sin ningún problema.
Si tienes a algún familiar de edad avanzada con problemas de este tipo, hay muchas residencias de mayores que trabajan diariamente con sus usuarios y sus cerebros con el objetivo de que no se atrofien y de que puedan desarrollar su actividad, aunque mermada por la edad, con la mayor autonomía posible. Centros como Colisée centran su campo de actuación, aparte de en una más que sobrada habitabilidad de sus centros para los mayores que viven en ellos, en un planteamiento de trabajo muy desarrollado, adaptado a cada usuario, para que les sea lo más útil posible.
¿Qué ventajas pueden presentar los ejercicios de memoria?
El ejercitar el cerebro funciona como con todo músculo: es cosa de tiempo, esfuerzo y no de sobrecarga. Si ejercitas la memoria cada vez más y con ejercicios más complejos, estarás garantizando un funcionamiento adecuado a corto y a largo plazo. En el primer escenario, podrás afrontar eventos diarios y también te ayudará a dejar de lado esos momentos que ya hayan pasado al borrarlos de tu memoria cada noche porque ya no tendrán ninguna importancia en el futuro. En el segundo escenario, estarás ayudándote a ti mismo o a tu familiar a crear recuerdos, ya sea de vivencias, de técnicas o habilidades que aprendemos y que debemos repetir durante nuestra vida o, simplemente, estarás facilitando a tu cabeza la tarea de recordar.
Con ejercicios mentales, también estarás aumentando la velocidad mental de aquellos que te rodean, así como estarás facilitando la comprensión lectora. Además, esa persona tendrá mayor autoestima al ver que va superando retos, grandes o pequeños, que se le vayan planteando porque, gracias a un ejercicio mental adecuado, gozará de las herramientas suficientes como para ponerle remedio. Por lo tanto, sus niveles de estrés se verán reducidos, porque la persona en cuestión no verá mermadas sus capacidades y se verá capaz de afrontar aquello que le sucede.
¿Qué ejercicios de memoria existen?
Hay actividades lúdicas y entretenidas que pueden ir fortaleciendo y mejorando nuestra capacidad mental y neuronal. Por ejemplo: un ejercicio tan simple como ponerle a alguien un dibujo delante y decirle que memorice todo lo que pueda en un tiempo determinado. Ve incrementando la dificultad, con detalles más específicos que demuestren las carencias de cada memoria y vayan ejercitándola a su vez. Otro ejercicio es el de la rapidez a la hora de contestar. Plantea un dibujo a aquel que le quieras realizar el ejercicio y pregúntale algo en relación con él. Por ejemplo: el dibujo de un vaso y preguntar si está lleno o vacío, o poner figuras geométricas dibujadas y preguntar si corresponde con un triángulo, cuadrado, pentágono…
Un ejercicio diferente puede ser el de presentar una serie de números y establecer la relación entre ellos. Por ejemplo: si hacemos una sucesión de 5, 10, 15, 20… Podríamos preguntar cuál sería el siguiente número que le sucedería. Y, para terminar, un clásico: encontrar X diferencias entre dos imágenes. En función de los puntos que obtenga en las diferentes pruebas, irás examinando la evolución.
Como habrás visto, hay muchos beneficios de tener una agilidad mental más que trabajada por la salud propia y de los que te rodean. De esta manera, estaremos incrementando el nivel de vida y podremos seguir desarrollando la vida de manera normal. Solo es cuestión de ponerse a ello.