Enfermedad zoonótica inducida por el protozoo parásito Leishmania infantum que se transmite a través de un mosquito y que es frecuente en más de 70 países del mundo, entre ellos España.
Recientemente se ha elaborado un mapa de seroprevalencia de leishmaniosis canina en España sitúa las comunidades autónomas de Andalucía, Baleares, Murcia, Valencia, Cataluña, y las provincias de Ourense y Cáceres, con porcentajes de perros seropositivos superiores al 17%. En casos como Baleares (57%), Málaga (34,6%) y Cáceres (34,2%) obtienen prevalencias muy altas.
La leishmaniosis es ya también una preocupación en países no habituales donde las enfermedades importadas crean un problema. Un ejemplo de esto son casos recientes de leishmaniosis importada (en ocasiones de España) en Reino Unido o incluso Islandia.
Con motivo de este día nacional, laboratorios como LETIPharma ha puesto en marcha acciones para que el mes de junio sea también el mes de la prevención frente a la leishmaniosis; y es que la compañía ha dedicado muchos esfuerzos a luchar contra esta enfermedad, desarrollando LetiFend, la primera vacuna recombinante disponible en Europa para combatir la leishmaniosis canina.
Las distintas empresas y laboratorios quieren ayudar a los veterinarios a concienciar a los propietarios de perros de la importancia de prevenir esta enfermedad en los canes y recordar los peligros de esta enfermedad en humanos y animales.
La leishmaniosis canina no es solo un problema de veterinarios, dado que asociaciones como la Federación Europea de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía (Fecava), es que los perros son el principal reservorio animal para la leishmaniosis visceral humana y la enfermedad suele ser mortal si no se trata en personas.
Desde Fecava aseguran que, en base a estudios de seroprevalencia de Italia, España, Francia y Portugal, 2,5 millones de perros están infectados, siendo este animal el reservorio natural por excelencia del parásito en regiones del mundo como Brasil, la costa mediterránea y el país asiático China.
La leishmaniosis humana es una enfermedad desde el año 2015, y los últimos antecedentes de prevalencia en España, recogidos por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III, del año 2018, contabilizaron 340 casos, de los que 39 fueron importados. Cifras que suponen un ligero descenso del 5,5% respecto a 2017, pero entre 2016 y 2017 hubo un incremento del 83%.
La Comunidad de Valencia ya han advertido que la tendencia es creciente, y alertan de que los casos han pasado de 87 en 2013 a más de 150 cinco años después, y que la tasa de incidencia de esta enfermedad es en Valencia siete veces superior a la media nacional (3,52 casos por cada 100 habitantes frente menos de 0,5 de media nacional).
Mientras, Andalucía realizó recientemente otro análisis epidemiológico de la incidencia en la región, en el que también participaron veterinarios, y concluyó que la tasa de incidencia de casos por 100 habitantes durante 2019 alcanzó su pico máximo. Desde la comunidad recuerdan que la leishmaniosis humana visceral está subdeclarada en un 25%, mientras que en la cutánea es casi del 100%.
No hay que olvidar que en junio de 2009 un brote de leishmaniosis se declaró en Fuenlabrada, y generó más de 700 casos humanos declarados hasta diciembre de 2016, considerado el mayor brote de Europa.
Desde el sector veterinario, y también desde comunidades como la Junta de Andalucía, defienden que una adecuada vigilancia puede ayudar a combatir también en humanos esta enfermedad emergente, que forma parte de las denominadas enfermedades tropicales desatendidas (ETD), pero que con el cambio climático están expandiéndose cada vez más.
En qué consiste la Leishmaniosis Canina
La leishmaniosis es una enfermedad de diagnóstico complejo, que puede pasar desapercibida y que se manifiesta de formas muy distintas. Recientemente, la Fecava compartió un artículo científico publicado durante el último simposio de enfermedades transmitidas por vectores, en el que se describe a grandes rasgos la enfermedad y que puede servir para conocer un poco esta dolencia.
Los expertos explican que la leishmaniosis está producida por el parásito de la Leishmania, que es difásico, y completa su ciclo de vida en dos huéspedes: un mosquito del género flebótomo, que alberga los promastigotes extracelulares; y un mamífero, donde se desarrollan las formas intracelulares del parásito, los amastigotes.
Los perros son infectados por promastigotes de Leishmania depositados en la piel durante las picaduras de mosquitos infectados, aunque se han descrito transmisiones a través de transfusiones sanguíneas o incluso con transmisión vertical dentro del útero.
Los promastigotes invaden las células huésped y se replican como amastigotes intracelulares. El período de incubación de la enfermedad antes de la aparición de los signos clínicos puede durar meses o años, durante el cual, el parásito se disemina desde la piel por todo el cuerpo, con preferencia de algunos órganos como los riñones.
La mejor forma de prevenir la enfermedad es mediante el uso de collares, pipetas repelentes, Espráis; conjuntamente con la vacunación que ayuda a evitar las formas más graves de la enfermedad y reduce la carga parasitaria.
