En Córdoba hay mil razones para disfrutar cuando llega el buen tiempo. Las más obvias son ya conocidas, pero hay algunos rincones que sorprenderán a quienes de verdad quieran descubrir los lugares secretos en los que los cordobeses disfrutan de la tierra sin aglomeraciones de turismo.
Fuente: Córdoba Buenas Noticias
El turismo de interior le planta cara a la costa
Sol en verano hay de sobra. Así que lo mejor que se puede hacer es sacarle provecho. En Almodóvar del Río está el pantano de La Breña, al que acuden entusiastas desde todas las localidades de los alrededores, Córdoba capital incluida. Se trata de un complejo bien organizado con socorristas, chiringuito, club de vela, hidropedales o club naútico. Este año las aguas del embalse, el segundo más importante de la cuenca del Guadalquivir están, según datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, con un volumen inferior al de años anteriores, lo que no obsta para disfrutar del baño. Y además durante los próximos meses aún pueden venir algunas lluvias.
Algo mejor de volumen se encuentra por su parte el embalse de Iznájar, y es ahí donde encontramos además la mayor extensión dedicada a hacer las veces de playa en verano. Se trata de una zona de 2.800 metros cuadrados, con 70 metros de profundidad de arena y 60 de césped artificial bajo el pinar.
Otra zona que hace las veces de playa es el embalse de La Colada, perteneciente al Ayuntamiento de El Viso, que también tiene servicios, área de barbacoa con mesas e incluso una zona de parque multiaventuras.
Además hay otros lugares que enamoran a quienes los visitan. Ese mismo Guadalquivir a su paso por Córdoba deja cerca del río algunos paseos súper agradables para caminar. En uno de esos paseos puede llegarse hasta los Sotos de la Albolafia, un auténtico refugio verde en mitad de la ciudad lleno de álamos, fresnos, adelfas o lirios.
Otra manera de disfrutar del río desde su interior puede ser con una ruta en piragua del Club de Piragüismo de Córdoba. Y si lo que apetece es una experiencia más de secano, se puede visitar el Monasterio de San Jerónimo de Valparaiso, menos conocido que la cercana Media Azahara, pero con una panorámica del valle del Guadalquivir que deja sin palabras. Aunque no se puede entrar al interior ya que en la actualidad es un palacio privado, sólo el camino de cipreses para llegar a contemplar su fachada y las vistas desde el lugar ya valen la pena.
Placer para la vista y los sentidos
Aunque para explorar las maravillas de la sierra cordobesa, el premio se lo lleva la ruta del Bejarano y los Baños de Popea, donde también nos podemos refrescar cuando el sol aprieta en alguna de sus pequeñas cascadas y saltos de agua a lo largo del curso del arroyo Molino. En esta ruta se puede ver la Fuente del Elefante (una réplica de una fuente de la época califal que se encontró en ese mismo lugar), lo que queda del acueducto romano de Valdepuentes y por supuesto los Baños de Popea, un paraje único a menos de media hora de la capital cordobesa. Un sitio perfecto para pasar una jornada de naturaleza con un valor ecológico fortísimo. Ya sólo el nombre de este lugar evoca a la emperatriz Popea Sabina y sus baños en leche de burra.
En definitiva, razones de sobra para explorar lugares más allá de la judería con su majestuosa Mezquita o el Alcázar de los Reyes Cristianos. Visitas que por supuesto son completamente imprescindibles.