En su comparecencia en el Congreso de los Diputados para informar sobre la posición del Ejecutivo respecto a la situación política en Cataluña, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha recordado que el Consejo de Ministros ha decidido esta mañana requerir formalmente al Gobierno de la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia.
“Es la respuesta que el señor Puigdemont dé a este requerimiento la que marcará el futuro”, ha asegurado. “En su mano -ha añadido- está volver a la legalidad y restablecer la normalidad institucional, como todo el mundo le está pidiendo, o prolongar un periodo de inestabilidad, tensiones y quiebra de la convivencia en Cataluña. Deseo fervientemente que acierte en su respuesta”.
Rajoy ha detallado que el presidente de la Generalitat tiene de plazo hasta el próximo lunes a las diez de la mañana para aclarar si ha declarado o no la independencia, al margen de que esta se encuentre o no en vigor. En el caso de que la respuesta sea afirmativa o no haya respuesta, se le requerirá para que ordene la revocación de dicha declaración de independencia, para lo que tendrá de plazo hasta el jueves 19 a las diez de la mañana.
El jefe del Ejecutivo ha subrayado que la democracia española vive estos días “uno de los momentos más graves de su historia reciente”, ya que la situación no se reduce a una disputa sobre competencias o una diferencia entre administraciones. “Estamos ante el cuestionamiento y el desafío a requisitos previos a cualquier discusión política, a principios como son el imperio de la Ley, el Estado de derecho o la ruptura deliberada de la concordia entre los ciudadanos”, ha indicado.
Referéndum ilegal y fraudulento
Rajoy ha sostenido en su intervención que “los problemas que se viven en Cataluña no son más que la consecuencia inevitable de la crisis institucional que allí se ha venido gestando deliberada e irresponsablemente desde hace meses”.
Los gobernantes de esa comunidad, ha argumentado, han usado su posición institucional “para perpetrar un ataque desleal y muy peligroso contra nuestra Constitución, la unidad de España, el propio Estatuto de Cataluña y, lo que es peor, contra la convivencia pacífica entre ciudadanos”. La violación de la ley ha tenido como consecuencias “el desorden, la división entre catalanes y finalmente la huida de empresas”, ha señalado.
A juicio del jefe del Ejecutivo, el referéndum que el Gobierno catalán pretendió llevar a cabo el 1 de octubre fue “el último episodio de una estrategia política destinada a imponer al conjunto de la sociedad catalana, y a todos los españoles, una independencia que pocos quieren y a nadie conviene”.
Mariano Rajoy ha manifestado que nadie puede sentirse satisfecho “ni de la farsa de votaciones ni de las burdas manipulaciones” que el 1 de octubre se vertieron contra la Policía y la Guardia Civil”.
Nada de lo que ocurrió ese día “debió haber ocurrido”, ha añadido, “pero los únicos responsables son aquellos que se empeñaron en mantener la convocatoria a sabiendas de que era absolutamente inviable”. “Los culpables son quienes se empecinaron en seguir con su desafío a la Constitución y organizaron grupos de activistas para impedir que las fuerzas de seguridad pudieran cumplir el mandato judicial”.
A su juicio, “la farsa del pasado 1 de octubre no fue un ejercicio democrático, fue un ejercicio contra la democracia”, y todo lo que ha ocurrido después “no ha sido más que las consecuencias inevitables de esa quiebra de la legalidad”.
No obstante, lo fundamental, ha expuesto Rajoy, es que ese referéndum “ha fracasado rotundamente, tal y como certificó la semana pasada la Junta Electoral Central” y, por tanto, “ningún supuesto resultado de ese referéndum ilegal y fraudulento puede ser esgrimido como argumento para legitimar ninguna decisión política y, mucho menos, la independencia de Cataluña”.
Cataluña: diálogo y ayuda
Rajoy ha recalcado su disposición permanente al diálogo para solucionar los problemas de los catalanes, como refleja el que haya celebrado más entrevistas con los responsables de la Generalitat que con los de cualquier otra comunidad: “Los gobernantes de Cataluña no pueden alegar que no se dialogó con ellos simplemente porque no es verdad”. Tampoco pueden aducir que no se ha ayudado a esa comunidad, ya que Cataluña ha tenido acceso a casi 70 millones de euros en mecanismos de liquidez, aproximadamente un tercio del total nacional, ha apuntado.
Además, el presidente ha advertido de que “no es posible aceptar, bajo la apariencia de un diálogo equívoco, la imposición unilateral de puntos de vista que se saben imposibles de aceptar por una de las partes”.
Tampoco es posible establecer un diálogo, ha mantenido, para “negociar sobre la titularidad de la soberanía que corresponde al conjunto de los españoles y sobre la indivisibilidad de España” porque está expresamente prohibido en la Constitución.
Se puede dialogar, ha explicado Rajoy, sobre la cantidad y la calidad de los servicios públicos, su financiación, el perfeccionamiento del autogobierno, sobre cómo combinar la eficiencia y la solidaridad, sobre la rendición de cuentas. Y se puede mejorar el marco de convivencia en el marco de los organismos existentes.
“Se puede hablar de todo lo que la Constitución y las leyes permiten hablar y con todos los que estén dispuestos a hablar. Incluso se puede plantear la propia reforma de la Constitución”, ha subrayado el presidente, “pero solo a través de las reglas y procedimientos previstos para ello”. En este sentido, Rajoy se ha mostrado dispuesto a “participar activamente” en la Comisión sobre la evolución y la modernización del Estado Autonómico propuesta por el PSOE y a que esta “empiece a trabajar ya”.
Respuesta proporcionada e integral
Frente a la “estrategia deliberada para separar a Cataluña de España en contra de la mayoría de catalanes y del conjunto de los españoles”, la respuesta del Estado “ha sido ajustada a derecho, proporcionada e integral”, ha defendido Mariano Rajoy.
El jefe del Ejecutivo ha repasado la “acción sistemática de todos los poderes del Estado” que logró privar a la convocatoria del 1 de octubre de “cualquier tipo de legitimidad”. El resultado es que “no existe un solo país en el mundo que se haya tomado mínimamente en serio” lo ocurrido ese día. Además, ha dicho, el Estado actuó como lo habría hecho cualquier país democrático y ha dado las gracias a quienes “de manera ejemplar, y en condiciones muy difíciles, han cumplido con su deber en la defensa del bien común”, “dentro de la ley y para defender la ley”.
Vuelta a la legalidad para evitar el deterioro económico
El presidente se ha referido a las decenas de empresas que contribuyeron a la prosperidad de Cataluña y que han anunciado su salida de esa comunidad “ante la amenaza de ruptura”. Igualmente, ha resaltado que varias agencias de calificación han empeorado el rating de Cataluña y que “el sector turístico está resultando uno de los más golpeados por la estabilidad”.
Rajoy ha pronosticado que la situación empeorará “mientras no se restablezca el orden, la seguridad jurídica y el imperio de la ley”. Por ello, ha agregado, “resulta urgente volver cuanto antes a la legalidad y evitar que siga la tensión y el deterioro económico”.
España no se va a romper
El jefe del Ejecutivo ha hecho un llamamiento a los responsables de las instituciones autonómicas para que pongan fin “a esta deriva que tanto daño está haciendo a los catalanes”. “Nunca en su historia, los ciudadanos de Cataluña han gozado de más libertades, de más autonomía, de más capacidad de gasto y de más reconocimiento internacional. Ahora todo esto está en riesgo”, ha dicho.
La “implacable realidad”, ha proseguido, ha desmontado de un plumazo todas las falsedades sobre las que se había cimentado el mito de una independencia de cuento de hadas: “No es pacífica, no es gratuita, no será reconocida por Europa. Ahora todo el mundo sabe que tiene costes y muy elevados”.
En este punto, el presidente ha reiterado que un referéndum fraudulento “no puede llevarse por delante una comunidad de siete millones y medio de personas, ni al cuarto país de la Unión Europea”.
Precisamente para evitarlo, el presidente ha reclamado “un apoyo responsable y generoso” de cuantos estén dispuestos a defender nuestra Constitución y nuestra convivencia”.
Futuro de Cataluña
Mariano Rajoy ha sostenido que “el futuro de Cataluña y la tranquilidad de sus ciudadanos pasa por cerrar la fractura y restañar las heridas que tantas historias y tanta radicalidad han causado en su cuerpo social”.
“Debemos aspirar a reencontrar esa Cataluña mestiza que tanto ha contribuido al bienestar y al progreso de España. Y tenemos que contar para ello con el catalanismo pactista e integrador que ha tenido siempre una visión integral de su país y el que ha conseguido hacer universales sus logros”, ha añadido.
A su juicio, “la España de hoy no se puede entender sin la contribución de ese catalanismo constitucional y europeísta, que fue colaborador necesario en nuestro éxitos colectivos”.
Mariano Rajoy ha finalizado su intervención expresando su reconocimiento “a los miles de españoles que durante estos días han salido a las calles, también a las de Cataluña, para proclamar espontáneamente su patriotismo, su amor a su país, incluso desde posiciones políticas diferentes”. Lo han hecho, ha dicho, “sin estridencias, sin exclusiones, con la alegría de reconocerse como compañeros de un mismo proyecto común”.
“Por todos ellos es hora de poner fin a este desgarro y hacerlo con serenidad, con prudencia y con el objetivo último de recuperar la convivencia”, ha concluido.
