Mientras Reino Unido ha confirmado que la nueva cepa del coronavirus se encuentra “fuera de control” y ha confinado varias zonas del país en un intento de frenar la expansión, el gobierno de España parece dormido. Media Europa ha cancelado, a lo largo del fin de semana, los vuelos con el Reino Unidos, pero España está pendiente de la decisión de la Unión Europea. Mientras tanto, refuerza el control de PCR (algo que nunca ha funcionado y las estadísticas del pasado verano lo demuestran) y prevé que a lo largo del día se tomen medidas en común.
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En medio del estupor general, España decidió ayer domingo mantener todos los vuelos con Reino Unido y esperar a que la Unión Europea plantee una respuesta coordinada, a pesar del “cerrojazo” aéreo por parte de algunos países ante la posibilidad de la llegada de la nueva cepa del coronavirus a su territorio.
Por el momento han suspendido todas sus conexiones aéreas con las islas británicas: Turquía, Bélgica, Austria, Países Bajos, Alemania e Italia. Incluso, en el caso de Bélgica e Italia, han cerrado sus fronteras aéreas a los vuelos procedentes de Sudáfrica, Países Bajos o Dinamarca, países donde ya se han confirmado casos de esta nueva cepa.
En el caso de Portugal, solo permite volver de Reino Unido a los ciudadanos del país luso; Grecia impone cuarentena a todos los viajeros británicos, y Francia e Irlanda han prohibido la circulación desde Reino Unido durante 48 horas, a la espera del marco de actuación común por parte de la Unión Europea. Igualmente, el Eurotúnel que une Francia con Reino Unido ha sido cerrado ayer, a las 23: 00 horas.
Se espera que la respuesta por parte de Bruselas llegue hoy mismo, tras la reunión al más alto nivel que fue convocada, de urgencia, anoche por la Presidencia alemana de la Unión Europea. Hasta que se confirme algo, España solo ha optado por reforzar el control de verificación de pruebas PCR a los viajeros que procedan de Reino Unido en puertos y aeropuertos (dicho control fue duramente criticado durante el verano por ineficaz).
Hoy mismo, el Ejecutivo británico liderado por Boris Johnson celebrará una reunión para tratar de encontrar una forma de abordar las restricciones impuestas por los mencionados países vecinos. La suspensión de los vuelos tuvo lugar el mismo día que Londres y varios condados de la zona sureste y este de Inglaterra pasaban a nivel grave (riesgo 4 de alerta), por lo que sus medidas cara a la Navidad tuvieron que ser más duras: limitar los movimientos (en estos momentos, hay 20 millones de personas en confinamiento); cierre de tiendas, cines y gimnasios; y prohibidas las reuniones por Navidad.
Además, el Ejecutivo ya ha reforzado los controles de Policía para asegurar que estas medidas se cumplan y poder frenar, como sea, el ascenso del número de contagios (imparable), que está provocando esta nueva cepa.
Sobre la misma se pronunció 24 horas antes el propio Boris Johnson, primer ministro del país, que la calificó como la más contagiosa hasta el momento aunque no se conoce su letalidad. Según científicos británicos, esta cepa acelera un 70% la transmisión y parece que es la causante del increíble aumento de casos, en los últimos días, en Londres y su área metropolitana.