Es una calma muy tensa la que se vive en las sucursales bancarias del órdago secesionista. Son muchos los clientes que se han acercado a las respectivas entidades donde tienen depositados sus ahorros realizando cantidad de preguntas y pensando en el plan B de su entidad y en el suyo propio para sus ahorros.
Aún no existe desbandada de depósitos, pero la inquietud de los clientes va en aumento a medida que la situación en Cataluña se va deteriorando. Las declaraciones de bancos y empleados de oficina coinciden en que la principal duda de los clientes es si en esta situación de ínterin peligran sus depósitos en esa autonomía.
También coinciden en que los traspasos de depósitos que se están produciendo son puntuales y no se puede hablar, por el momento, de una tendencia trágica. Se trata de gente preocupada y algunos que retiran su dinero de bancos catalanes por boicot, llegando a realizar traspasos de hasta más de 100 euros.
Muchos de estos clientes piden que se les abra otra cuenta fuera de la región y los bancos catalanes están accediendo a hacer esta gestión, aunque primero tratan de convencer al cliente de que sus ahorros están igualmente protegidos por su pertenencia a la zona euro, y que en caso de declaración unilateral de independencia buscarían igualmente el paraguas del Banco Central Europeo (BCE).
Desde otras entidades de tamaño medio afirman que lo que también se está viendo es a clientes haciendo una suerte de transferencia a la inversa: en lugar de ordenar el traspaso de sus ahorros desde su cuenta en Cataluña a una fuera de esa región, solicitan en un banco del resto de España un cargo a su cuenta de origen en Cataluña.
Las consultas ya no solo se realizan en una oficina, sino que cada vez más los «call center» de las entidades que reciben preguntas y órdenes al respecto. La mayoría de esas llamadas proceden de clientes con cuentas en Caixabank y el Sabadell, seriamente preocupados por el devenir de sus ahorros.
La otra fuente de salida de ahorros que observan ya los bancos es la operativa «online». Fuentes financieras señalan que ya se han detectado casos de pequeñas traspasos desde los 3 euros de cuentas domiciliadas en Cataluña hacia depósitos fuera de la región. De este modo, los clientes aseguran su anonimato y se ahorran acudir y dar explicaciones en la sucursal.
La banca quiere lanzar un mensaje de tranquilidad para evitar movimientos masivos e irracionales que perturben la estabilidad financiera del país. Del mismo modo, ha puesto al día sus planes de contingencia de liquidez, que cada poco presentan al Banco de España. En ellos indican cuántos activos y en qué tiempo pueden hacer líquidos ante el BCE en caso de tensión en los mercados de financiación mayorista.
El plan B de la gran banca, para evitar daños irreparables en el sistema financiero español, es que los grandes bancos españoles tienen diseñados planes de contingencia que limiten su exposición a Cataluña ante un escenario de independencia. Varias son las opciones que manejan dependiendo de su tamaño en la región, pero entre ellas está la de convertir en una filial el negocio que se genere en la región para mitigar los daños por una eventual quiebra en caso de secesión.
Y es que Cataluña quedaría fuera del paraguas del BCE en el caso de una hipotética desconexión de España. Ninguna entidad con domicilio social en esta comunidad autónoma tendría acceso a la financiación barata del BCE. Los clientes no dispondrían tampoco del Fondo de Garantía de Depósitos español, ni del futuro mecanismo europeo, para recuperar al menos 100 euros de sus ahorros, como sí ocurre en el resto de entidades financieras de España.
Pero las mayores dudas surgen en torno a los planes de las entidades con sede en Cataluña -Caixabank y Sabadell- que deberán trasladarla antes si no quieren quedarse sin acceso a la liquidez del BCE, si bien, en sus planes contemplan un cambio de sede que se produce prácticamente como un mero trámite jurídico casi inmediato.