El Gobierno planeó hasta este lunes la forma en la que se defenderá de la moción de censura que se debatirá este miércoles en el Congreso de los Diputados. En un primer momento, incluso se planteaba la posibilidad de que no interviniera nadie del Ejecutivo -la moción de censura no lo obliga-, pero la postura ha cambiado y ya no solo intervendrá el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; sino también el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias. Este planteamiento responde a una estrategia por parte del Gobierno para mostrar una imagen de unidad y fortaleza frente a la derecha, desunida y sin visos de victoria.
El debate comienza este miércoles a las 09.00 horas en el Congreso. Fuentes cercanas al presidente no confirmaron cuándo tomará la palabra -lo puede hacer cuando y siempre que quiera-. El planteamiento inicial se basaba en que Sánchez interviniera después del candidato a la Presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, y que también lo hiciera el segundo día, justo antes de la votación. En la actualidad, se mantendría la intervención del líder del PSOE tras el presidente del partido de ultraderecha, mientras que Iglesias defendería al Gobierno ya el jueves.
El reglamento del Congreso de los Diputados establece que, en una moción de censura y en cualquier debate, cualquier miembro del Ejecutivo puede intervenir siempre que quiera sin límite de tiempo. El candidato a la Presidencia también podrá justificar la moción por cuanto tiempo quiera.
Este lunes no hubo la reunión semanal de la coalición en la Moncloa. En él, participan tanto Sánchez como Iglesias, así como el jefe del Gabinete de Presidencia del Gobierno, Iván Redondo; el director de Estrategia y Comunicación de Iglesias, Juanma del Olmo; la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el de Transportes, José Luis Ábalos; el de Sanidad, Salvador Illa; la de Igualdad, Irene Montero; la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra; y su homólogo morado, Pablo Echenique. Por ende, no se supo hasta última hora de la tarde la estrategia del Gobierno.
La sede nacional del PP, en la calle Génova 13 de Madrid, ha sido este fin de semana un hervidero de llamadas, silencios incómodos y mucho análisis. En la planta séptima, el presidente del PP y sus más estrechos colaboradores han estado hablando y suponiendo los diferentes escenarios a tener en cuenta ante la moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se debatirá el próximo miércoles y jueves en el Congreso de los Diputados. Aunque no tiene ninguna posibilidad de salir adelante, las consecuencias políticas que podrá tener en el espectro de centro-derecha son más importantes de lo que parece.
Lo único claro que tiene el PP es que no apoyará la moción. Fuentes cercanas al líder de la oposición asegura que no tomará una decisión hasta minutos antes de la propia votación, que se espera se produzca a mediodía del jueves. No obstante, hay un profundo debate entre la abstención y el "no" que ha reabierto la frecuente brecha entre el ala más conservadora y la más centrista del PP, lideradas por Cayetana Álvarez de Toledo y José María Aznar, respectivamente.