El presidente del PP, Pablo Casado, ha movido ficha hacia la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El líder de la oposición ha recogido el guante del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el pasado viernes tendió la mano al principal partido de la oposición para renovar el órgano de gobierno de los jueces y ha puesto sobre la mesa la contrarreforma de su partido, que plantea la mayoría de tres quintos para todas las decisiones del CGPJ, algo que el propio PP de Mariano Rajoy eliminó en 2013, cuando tenía mayoría absoluta.
Con esta reforma, Casado pretende garantizar la separación de poderes después de que Sánchez se “pasase de frenada” y "subestimase" la capacidad de influencia del PP, que en 12 horas consiguió el apoyo de la Unión Europea. “No todo vale para poner a las instituciones a su servicio”, señala en referencia al presidente del Gobierno. “Es importante que, tras la conmoción social, mediática e internacional, suscitada por el PSOE, volvamos a los orígenes, a lo que la gente pide: despolitización, independencia, separación de poderes y fortalecimiento institucional”, planteó.
“Hoy se da un paso adelante, poniendo en manos de los legisladores la posibilidad de volver al mandato constituyente para que los jueces elijan a los jueces y los españoles sepan que la independencia judicial es un pilar fundamental de nuestra democracia”, sumó. La proposición del PP apuesta por la despolitización de la Fiscalía General del Estado, que juristas que hayan ocupado cargos políticos no puedan ser vocales del Consejo y que los informes del órgano de los jueces se realicen para cualquier iniciativa que afecte al funcionamiento de la Justicia.
La reforma planteada por Casado evitaría el intento de “ocupación institucional” del Estado en organismos como la FGE, el CNMC, el CIS, RTVE, el CNI y las “purgas” en la Guardia Civil. “Nunca se había llegado tan lejos”, afirma el líder del PP, quien denuncia los ataques del vicepresidente Iglesias a la Monarquía y el Poder Judicial.
El presidente del PP rechazó las acusaciones de bloqueo y subrayó que, a diferencia de Sánchez, su partido ha sido coherente en todo momento, promoviendo la despolitización del CGPJ, cumpliendo con los estándares que marca la UE.
Casado subrayó que Podemos no debe formar parte del proceso negociador por ser un partido imputado, por sus ataques a las instituciones, y reclamar pactos con los herederos de ETA y los partidos independentistas. Además, pidió que las negociaciones se realicen entre partidos con mayoría parlamentaria suficiente. “No tenemos por qué asumir el acuerdo de los socialistas con Podemos”, finalizó.