El diputado del Grupo de No Adscritos del Parlamento de Andalucía Francisco Serrano ha renunciado a su escaño tras abandonar Vox el pasado 1 de julio tras los ataques reccibidos por "el que fuera mi partido" tras el "éxito electoral" que cosechó en las eleccciones autonómicas de diciembre de 2018.
Renuncio y dejo acta, escaño y aforamiento. No merece la pena aguantar la persecución y presión, y más sin ser un político profesional. Pero, nunca renunciaré a mi Libertad, mi devoción por la verdadera Justicia e Igualdad y al amor por España. pic.twitter.com/NEUR6UdmL4
— Francisco Serrano (@FSerranoCastro) September 1, 2020
"Renuncio y dejo acta, escaño y aforamiento. No merece la pena aguantar la persecución y presión, y más sin ser un político profesional. Pero, nunca renunciaré a mi libertad, mi devoción por la verdadera justicia e igualdad y al amor por España", asegura Serrano en su perfil oficial de Twitter.
La Fiscalía de Andalucía presentó una denuncia contra el juez por presunto fraude de subvenciones en una ayuda pública de 2,5 millones de euros en 2016. El magistrado en excedencia, sin embargo, no dejará su acta como diputado y pasará al grupo de los no adscritos, tal y como confirmó a Europa Press. Serrano formó parte del grupo al que pertenece una única diputada, su excompañera de partido Luz Belinda Rodríguez, que abandonó Vox tras denunciar un presunto caso de acoso laboral.
El comunicado íntegro
Estas son las palabras con las que Serrano ha anunciado su retirada de la vida política:
"Comunico que, en el día de hoy, renuncio a mi acta de diputado, al sueldo, emolumentos y demás prerrogativas inherentes al cargo, incluido el aforamiento, con el fin de poder defenderme como cualquier ciudadano ante un juzgado ordinario. Estoy cansado de tanta persecución mediática y política, incluida la del que había sido mi partido, pese a la primera versión oficial de respeto y comprensión a una decisión consensuada y que tenía por fin no perjudicar a la imagen de Vox. Más, después, desde ciertos sectores de ese partido por el que lo di todo, me he visto atacado con tal de recuperar un acta y escaño que conseguí con esfuerzo y entrega a la esperanza, principios y valores que representaba Vox, contribuyendo, activamente, al resultado inesperado en las elecciones de 2018. A cambio, sólo obtuve ingratitud, desdén y desprecio desde el primer momento, desde el día siguiente al del éxito electoral.
Unos arriesgan, lo dan todo para defender ideales y conquistan fortalezas a costa de desangrarse, y, otros, recibiendo trato de favor y sin arriesgar nada, se aprovechan de las conquistas y brechas abiertas por los primeros en murallas, antes inexpugnables. La política ha sido una gran decepción, pus siempre leal, he rechazado el nepotismo y he defendido la libertad de discrepar y, entre otros, los valores de mérito y capacidad, sin privilegiar a unos o discriminar y purgar a otros por mera conveniencia, e incluso a costa de no respetar el principio de presunción de inocencia. Vine para intentar cambiar la política y no pudo ser.
En principio, y porque muchos me insistieron, estaba dispuesto a aguantar la presión con tal de ser útil y sin perjudicar al que fue mi partido. Desde una posición más libre, como diputado no adscrito, creía que podría hacer valer propuestas que no se me dejó defender desde el grupo parlamentario. Más he visto que no merece la pena el esfuerzo, al ser relegado y ver vetada y restringida la posibilidad de presentar iniciativas en defensa de unos valores con los que se identifican miles de votantes que confiaron en mí, por mi lealtad a los mismos. No creo que esa situación pueda cambiar en un futuro. entré en política para aportar y prestar un servicio y no para servirme.
Por todo ello, desencantado, tengo que tomar la decisión de abandonar la política. Digo adiós a un periodo de mi vida que empecé con ilusión y termino con frustración y desengaño. Deseo todo bien a las personas que me han apoyado en todo momento, entre ellas a la mayoría de los compañeros de escaño, y a muchísimos afiliados y simpatizantes de Vox. A los que han intentado hundirme política y personalmente, que también los hay, solo desearles que reciban el pago que merecen. Al final, todos recogemos la cosecha de la semilla que sembramos.
A partir de ahora, regresaré al despacho profesional que fundé y que abandoné por razones de incompatibilidad, dándome de nuevo de alta como abogado ejerciente. Y a seguir trabajando por una España mejor, sin miedo a nada ni a nadie.
Francisco de Asís Serrano Castro".