Este año se han cumplido 40 años desde que se reguló el primer casino en territorio español. Allá por 1977, fue todo un logro que un casino físico operase abiertamente como tal, introduciendo una nueva y atractiva forma de ocio, ligada al buen gusto y a la elegancia. En prácticamente todas las ciudades españolas podemos encontrar un casino, y suelen ubicarse en el interior de edificios muy vistosos, algunos de ellos verdaderas obras de arte arquitectónicas. Con el tiempo, han ido ampliado su oferta cultural y de ocio, incorporando actuaciones en vivo, exposiciones, actos benéficos, competiciones y campeonatos a nivel internacional, y por supuesto, facilitando en el mismo edificio el acceso a hostelería y restauración.
Cuando internet se abrió paso hasta los hogares de los españoles, uno de los primeros sectores que aprovechó la oportunidad para acercarse a los usuarios fue precisamente el de los casinos y salas de juego online. Realmente esto supuso una auténtica revolución para un mercado que exigía ciertos requisitos por parte de sus clientes: muchos de los casinos presenciales demandan etiqueta, pero además siempre estarán sujetos a horarios de apertura y a restricciones por área geográfica.
Internet rompió todas estas barreras universalizando el acceso al juego, y brindando a los jugadores un amplio y actualizado catálogo para que siempre estuviesen entretenidos. Además, al ofrecer la posibilidad de apostar directamente desde la cuenta bancaria, tarjeta de crédito o PayPal y otros sistemas virtuales de pago, ha logrado una espontaneidad y agilidad en la toma de decisiones sin precedentes. Hoy por hoy, España se consolida como la Capital Europea del Juego Online debido a su excelente adopción.
Sin embargo, su trabajo le ha costado. Hace unos once años, se detectó la necesidad de regular el juego online en todo el mundo mediante legislaciones por países e incluso por comunidades autónomas. No fue hasta 2012 que se otorgó una licencia de juego a un operador español. Esta ley, conocida comúnmente como Ley del Juego, obligó a los operadores a crear sus dominios .es específicos para España para tener mucho más controlada la declaración de los premios, entre otras cosas. Las .com permitían jugadores de todas partes del mundo además, y, como todo negocio relativamente joven, quedaba mucho que pulir. En el momento en que cada país tuvo sus propias reglas, fue mucho más sencillo poder aplicar el ya famoso certificado de “Juego Seguro” que reza en los casinos aprobados por la DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego).
Inicialmente la acogida de esta ley por parte de los jugadores no fue muy positiva, ya que restringía mucho las opciones de competir con otros jugadores de nivel similar. Las posibilidades se cerraban considerablemente, y como además todos los premios debían ya declararse a Hacienda con su pertinente aplicación de impuestos, era complicado para ellos ver alguna ventaja. Sin embargo, cuanto mayor control, menor posibilidad de estafa o de fraude. No sólo los jugadores están más seguros, sino también los operadores, aparte, claro está, de la mejora de la salud de la economía del país.
Muchos sitios de juego en línea cayeron, incapaces de asumir los requisitos estipulados por la DGOJ, quedando en pie los más sólidos e incluso haciéndose cargo de los usuarios de operadores que abandonaban el barco. Hoy por hoy, en España hay casinos online regulados y 100% seguros, para todos los gustos, y que han ido creciendo y mejorando para poder ofrecer un sinfín de comodidades al usuario final. Las máquinas slots tuvieron que esperar a 2015 para dar el salto al mundo virtual, pero aparecieron en un momento en el que ya el poker, el blackjack o la ruleta les habían abierto el camino.
Hoy día, prácticamente cualquier casino en línea cuenta con su propia app gratuita para jugar desde smartphones y tablets, totalmente funcional para que, si no se desea, no sea necesario realizar ninguna operación desde el ordenador. Una sola aplicación para un catálogo de juegos en constante crecimiento, y no sólo para jugar con dinero real, sino también con la opción de jugar por diversión con dinero ficticio. La evolución en cuanto a software es tan significativa que en las últimas ferias y entregas de premios relacionados con el sector hemos podido ver que el futuro está aquí: empiezan a materializarse los primeros títulos que emplean la tecnología de la Realidad Virtual.
¿Ha superado, pues, el juego, la barrera de confianza existente antes de la Ley del Juego? Sólo hay que mirar alrededor para darse cuenta de que en España, el sector goza de una muy buena consideración. Los deportistas de élite y los clubes con más trascendencia a nivel internacional son o han sido el rostro de diferentes casinos y casas de apuestas, en televisión los anuncios para estos operadores se emiten en cualquier horario y, si bien sigue habiendo ciudades que no cuentan con casinos lujosos, los locales de juego y apuestas deportivas proliferan incluso en los pueblos y pequeñas ciudades.
En cuanto a la cuestión, temida por algunos, de la adicción al juego, precisamente las nuevas regulaciones han aportado soluciones de diferente índole: ahora es mucho más fácil acceder a asociaciones para combatir la adicción, e incluso a través de secciones específicas en los casinos regulados los usuarios pueden autolimitarse e incluso autoexcluirse. El logotipo de Juego Seguro y el de Jugar Bien precisamente brindan información y ayuda para problemas de autocontrol respecto al juego, una gran ventaja que además muestra el compromiso de los operadores para erradicar una cuestión que les ha hecho mala prensa en el pasado. Hoy por hoy, el concepto se ha normalizado, y según muestran las estadísticas año tras año, los usuarios atraídos por este tipo de ocio abarcan desde la mínima edad legal permitida, los 18 años, hasta los 45, sean hombres o mujeres, e independientemente de la clase económico-social en la que se les etiquete.
