El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inició el pasado jueves sus vacaciones oficiales en la residencia de La Mareta de Lanzarote, en las islas Canarias. El líder del Ejecutivo, que llegó a mediodía del pasado 5 de enero acompañado de su esposa, Begoña Gómez, y de sus hijas, estará alojado hasta el próximo 11 de agosto.
La estancia oficial fue un regalo del rey Hussein de Jordania al rey Juan Carlos a finales de loa años 80. Durante la década de los 70, fue uno de los pocos miembros de su familia que residió en dicho enclave turístico. Incluso la llegó a utilizar con destino de su luna de miel.
La residencia de La Mareta es una estancia oficial del Estado perteneciente al municipio de Teguise. En 2015 se puso al servicio del país por deseo expreso de su Majestad el rey Felipe VI, cuando pasó a pertenecer a Patrimonio Nacional por intercesión del ministro de Turismo de entonces, José Manuel Soria. El entonces titular del Ministerio aseguró que serviría para alojar a mandatarios extranjeros y sumar a la Marca España.
Varios residentes
La Familia Real la utilizó varios años como residencia de vacaciones, aparte del Palacio de Marivent (Palma de Mallorca). Sirvió como estancia ocasional para los expresidentes del Ejecutivo José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. El primero fue el excanciller alemán Helmut Kohl, durante la cumbre entre España y Alemania celebrada en mayo de 1992. También han descansado en La Mareta el expresidente de la URSS, Mijail Gorbachov; y su esposa Raisa.
Apoyo de Sánchez a Casa Real
El presidente del Gobierno disfruta de unos días de descanso después de mostrar su apoyo a Felipe VI y su legado de cara a las informaciones que afectan a su padre. Sánchez mostró su respeto hacia toda decisión tomada en Casa Real y aseguró que el Don Juan Carlos responderá ante la Justicia "como cualquier español" si esta le requiere en la última rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Además, aseguró que respeta cualquier decisión de la Familia Real y la marcha del rey emérito, en concreto, le pareció "adecuada" por “distanciarse de supuestas conductas cuestionables o reprobables por parte un miembro de la Casa Real”.
“Lo que se juzga no son instituciones, sino a personas”, remarcó el líder del Ejecutivo, que aseguró que ni la Jefatura del Estado ni "el pacto constitucional de 1978" están en cuestión. “España necesita de estabilidad y de instituciones robustas, que tienen que abonarse con ejemplaridad, transparencia y regeneración”, recalcó Sánchez.