El porcentaje de graduados universitarios que fueron contratados en 2016 para puestos que requerían una baja cualificación, se incrementó hasta el 34,4%, siete décimas más respecto a 2015 (33,7%) y más de cuatro puntos porcentuales si se compara con el año 2010. Estos datos forman parte del último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD).
En total, de todos los graduados universitarios que estaban trabajando en 2016, el 36,8% lo hacían en puestos de baja cualificación, frente al 23% de la media de la Unión Europea. España se sitúa en este ámbito solo por detrás de Chipre (36,7%).
Este desajuste entre la demanda de alta cualificación y una oferta insuficiente, supone para los autores de este estudio, la existencia de desempleados con estudios superiores, y la existencia de personas con un nivel superior de estudios, en puestos de trabajo de una cualificación inferior.
El estudio señala que el nivel de sobreeducación español es ‘’relativamente elevado’’, y que esto se debe a que la estructura productiva de España, no genera suficientes ocupaciones de alta cualificación, en comparación con los países de la Unión Europea.