El Gobierno quiere mirar a babor y a estribor para hacer flotar los Presupuestos. Hoy la ministra Montero ha priorizado la mayoría de la investidura, pero no ha querido cerrarse puertas: hay que abrir el marco a todos los partidos por las circunstancias de la pandemia. “Tenemos que explorar todas las opciones posibles; no es el momento de los matices ni de los vetos cruzados. Los ciudadanos nos esperan”, ha señalado.
La ministra ha trasladado esa responsabilidad a los grupos políticos y azuza: “No ha habido un momento en la historia que más aconseje que estemos de acuerdo con las medidas que debemos impulsar. Tenemos grandes discrepancias, pero debemos aparcarlas”.
No ha aclarado cómo equilibrará los intereses de Ciudadanos con el acuerdo con Unidas Podemos, aunque sí ha matizado: “El acuerdo con Podemos impregna la acción del Gobierno. No es que se vaya a modificar, se tiene que adaptar a las circunstancias. Tenemos que coger las medidas que más contribuyan ahora a la recuperación del país”.
Montero tampoco ha especificado cómo compaginará los apoyos de Ciudadanos con los de ERC. El partido de Arrimadas ya ha dicho que no aceptará cualquier acuerdo y los independentistas han redoblado la presión: Rufián ha dicho hoy que ve “bastante incompatible” mirar a ambos lados para aprobar los Presupuestos. Montero le ha restado importancia: “Cuantos más participemos de los Presupuestos, más seguridad habrá de que todos iremos a una”.
Sobre la mesa de diálogo con Cataluña, el Gobierno ha dicho que “no hay ningún inconveniente” en que se retome en julio. Hasta ahora la prioridad había sido gestionar el virus y eso había aplazado las negociaciones con el Govern. Aragonés ha insistido estos días en la necesidad de volver a las conversaciones cuanto antes.
En ese contexto el Gobierno ha aprobado hoy un paquete de 16 millones de euros para que las comunidades autónomas lo inviertan en sanidad, educación y transporte y puedan compensar la falta de ingresos. Cada territorio recibirá las ayudas poco a poco a lo largo del año y las podrá gestionar en función de los criterios que establece el Ejecutivo. No tendrán que devolverlas ni pagar intereses y tampoco les generará más deuda. También podrán gastar el superávit.