El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el CNP, y que integra a todas las escalas y categorías de este colectivo, denuncia la escasa importancia que el Gobierno otorga a la seguridad pública, y alerta sobre las graves consecuencias de su falta de inversión y la política de austeridad a este respecto.
Tras examinar el proyecto de Prepuestos Generales del Estado (PGE) para 2017, la primera conclusión que saca el SUP es, dice en su informe, “el afianzamiento del deterioro de la seguridad pública, inercia que se mantiene durante los últimos años. La falta de transparencia en diversos órdenes y la grave pérdida de recursos humanos que se ha generado, especialmente en la Policía Nacional cuyo escenario es similar al de los años 90 y comienzos de la pasada década, suponiendo una decadencia tal de nuestros niveles de seguridad que pone en riesgo, vista la previsión de gasto, nuestra capacidad de respuesta, ya sea frente a las nuevas amenazas o frente a la delincuencia tradicional”.
“En evidencia el modelo de seguridad”
El informe que el SUP hace público se refiere a “la pérdida de efectivos, únicamente amortiguada por la convocatoria de 3 plazas para el próximo año”, porque, dicen, “nos deja en la misma situación en la que nos encontramos, es decir por debajo del umbral de los 10 policías nacionales en activo, circunstancia que se suma a las inadecuadas e insuficientes dotaciones en formación que no responden a las necesidades de especialización y reciclaje de los policías, y a la duplicidad de gasto en estructuras similares (Policía Nacional y Guardia Civil) que genera solapamiento en espacios competenciales y tensiones improductivas, no hace sino que poner en evidencia, la necesidad de abordar la modificación del modelo de seguridad pública vigente en nuestro país, sin revisar desde que se aprobase la L.O. 2/86, a pesar de la transformación que el mapa de asentamiento poblacional ha experimentado”.
Caro y malo
Continúa el informe y señala que “este modelo, uno de los más caros de los países de nuestro entorno, precisa de un estudio y una modificación acorde a los cambios geopolíticos, demográficos y delincuenciales que nuestra sociedad ha experimentado durante las últimas décadas, lo que se supondría un ahorro al erario público y la optimización de recursos materiales y humanos de la Administración”.
“La congelación del presupuesto para la Policía Nacional en seguridad ciudadana, el decrecimiento en la lucha contra la droga, el hecho de que en la memoria y descripción general de objetivos para 2017, se detecte un “corta y pega”, y se repite exactamente el texto de 2016 y el de 2015, llega a producir cierta vergüenza, cuando se evidencia la desidia que supone el hecho de que durante años se sigua ofreciendo como novedad la creación de servicios existentes desde hace mucho tiempo”.
“De nuevo, la seguridad pública se sitúa en un plano secundario para nuestros responsables políticos, obviando la premisa de que sin seguridad no hay libertad ni hay desarrollo. Es por ese motivo que el SUP demanda mayor inversión en recursos humanos y materiales, más formación, y su adecuación a las necesidades que la seguridad pública de nuestra sociedad tiene en el momento actual”.