Tras el segundo 8M consecutivo de éxito de participación y movilización de las mujeres y también de hombres que defienden la igualdad real de derechos de ambos sexos, se puede llegar a la conclusión sin ser un gran analista de la realidad política y social de nuestro país, que el movimiento de las mujeres en España va a ser decisivo para desequilibrar la balanza electoral el próximo 28 de abril.
EL MOVIMIENTO FEMINISTA, ENTENDIDO COMO UN MOVIMIENTO PROGRESISTA
Las próximas elecciones generales del 28 de abril, van a ser históricas no solo por el momento de incertidumbre que viene atravesando nuestro país desde hace varios años, sino también por la amenaza real que existe de un importante retroceso social, si fuerzas políticas de extrema derecha llegan al poder.
Dentro de este marco, y tras el éxito del 8M de 2019, es relevante señalar que el movimiento feminista, como movimiento claramente progresista, se va a constituir como agente decisivo para propiciar una posible victoria de las fuerzas progresistas: PSOE y Unidos Podemos; sobre el bloque conservador: PP, Ciudadanos y Vox.
Despues de 8 años de 2011 a 2018, de gobiernos conservadores del PP, que con sus políticas han crado una gran brecha de desigualdades sociales, y unos pocos meses de gobierno en minoría del PSOE, que no ha tenido tiempo para desarrollar un programa de auténtica recuperación social; llegamos a la convocatoria de elecciones generales del 28 de abril, con la perspectiva de que la ciudadania decida entre dos caminos: el del avance social, o el de un nuevo retroceso en derechos.
Ante esta coyuntura, la participación de las mujeres será decisiva para decidir si España se encamina a gobiernos progresistas: PSOE e Unidos Podemos; que puedan implementar políticas de progreso y justicia social, o en cambio caminar a un relevante retroceso en derechos sociales de la mano de un gobierno de la derecha: PP y Ciudadanos con la extema derecha de Vox.