Entre 2015 y 2016, el Ministerio de Industria y Competitividad del gobierno español ordenó, en la misma línea que países como Alemania, Francia y Reino Unido, un análisis exhaustivo de las emisiones que expulsaban varios vehículos. Iban a ser 30 pero al final, han sido sólo 16 los modelos estudiados minuciosamente en condiciones reales de conducción y el resultado obtenido no ha podido ser más negativo. Los 16 suspenden y emiten unos niveles de gases superiores a los homologados.
Los 16 modelos analizados pertenecen a las marcas SEAT, Volvo, Ssangyong, Ford y Nissan. Todos fueron homologados por España para su circulación y todos sobrepasan los valores de contaminación permitidos por la Unión Europea, bajo la normativa Euro 5 y Euro 6, entre 1’8 y 12’6 veces más los niveles de óxido de nitrógeno.
La mayor diferencia entre las emisiones homologadas y las obtenidas en los test en conducción real se han dado en los modelos de Ssangyong y Nissan. En el caso del modelo coreano, equipado con un motor diésel 1.6 Euro 6, el informe del Ministerio indica que “el valor de NOx fuera del ciclo de homologación llega a superar en 10 veces el límite permitido”. Mientras que los vehículos de Nissan, el Qashqai y el Juke, ambos con motor 1.5 diésel Euro 5 y Euro 6, obtuvieron valores entre 4 y 12 veces superiores a los permitidos.
En el informe del Ministerio, se indica que “se tuvo una reunión con el fabricante para aclarar los resultados de los ensayos. En dicha reunión el fabricante ha explicado que debido a motivos de seguridad del vehículo y de acuerdo a lo permitido en la reglamentación europea, algunos dispositivos contaminantes son desactivados cuando la temperatura ambiente no se encuentra en unos márgenes concretos”. El Ministerio, por su parte, acepta estas explicaciones pero desearía “una mayor clarificación, por parte de la Comisión Europea, con respecto a las condiciones de uso de dichos dispositivos”.
La Unión Europea expedienta a España
En un primer momento, el Gobierno español se negó a difundir los resultados de los test pero, finalmente, se ha visto obligado para cumplir con la Ley de Transparencia y ante las presiones de las ONGs Ecodes y Transport and Environment. La Comisión Europea ya expedientó a España por la falta de sanciones a Volkswagen, tras el escándalo de las emisiones en Estados Unidos. Ahora, el órgano ejecutivo europeo abre un segundo procedimiento de infracción ante la sospecha de que el Gobierno podría estar poniendo trabas a las investigaciones y actuar en connivencia con el sector.
A partir del próximo mes de septiembre, los fabricantes deberán incluir mediciones de los gases de los vehículos en condiciones reales de conducción para homologar sus cifras de emisiones y superar la normativa anticontaminación.