El lunes, 21, fueron entregados en la Embajada Española en Londres, 2 importantes relieves en piedra, que fueron sustraídos en julio de 2004, de la Ermita de Nuestra Señora de las Viñas en la localidad burgalesa de Quintanilla de las Viñas (Burgos). La devolución al Gobierno español la hizo un holandés. El origen de la información que ha permitido la recuperación de los relieves tuvo lugar en noviembre, cuando el Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil supo de la posible localización de las piezas en Reino Unido, gracias a la información del investigador holandés.
En Gran Bretaña
La colaboración de la Guardia Civil con las policías de Holanda y Reino Unido, llevó a un acuerdo con el informante y a la rápida entrega de las obras en la Embajada Española de Gran Bretaña, donde se encontraban las piezas, en manos de un comprador de buena fe que desconocía por completo que procedieran de un robo.
De vuelta a casa
En los próximos días se producirá el retorno de las piezas a España, donde serán sometidas a examen para comprobar su estado de conservación y acometer su restauración, en caso de que se considere necesario. Cuando lleguen serán depositados en el museo burgalés, donde se reunirá de nuevo todo el conjunto tras 15 años de separación forzada. Paralelamente se continúa con la investigación policial para tratar de aclarar quién y cuándo sacó estos bienes culturales de nuestro país.
Ermita visigoda
Las obras recuperadas son 2 sillares de piedra caliza, con unas dimensiones de 35x45x30cm, y un peso aproximado de 35 kilos cada uno. En una de sus caras tienen tallados en bajorrelieve unos personajes que muestran entre sus manos unos libros, y que se han interpretado como la representación de dos de los evangelistas. Forman parte del rico repertorio iconográfico que decora la ermita visigoda de Nuestra Señora de las Viñas, en origen un templo de tres naves del siglo VII, del cual se conserva integra solo la cabecera.
Calidad de labra
La escultura arquitectónica de la ermita destaca por su extraordinaria calidad de labra, con unos motivos de marcado origen oriental, tanto en el interior como en el exterior. Esta característica la hace única en el altomedievo hispano, cuyos monumentos se decoran principalmente en su parte interior, pero no en la parte externa de los muros.